El primer ministro británico, David Cameron, se mostró favorable a una salida segura de Siria del presidente Bashar al Assad si esto sirviera para poner fin al derramamiento de sangre, en un momento en que la violencia dobló su intensidad con una multiplicación de los atentados y las incursiones aéreas.
“Por supuesto, no le ofrezco un plan de salida en Gran Bretaña, pero si quiere irse, podrá hacerlo, eso podría arreglarse”, dijo Cameron en declaraciones a la televisión satelital árabe Al Arabiya.
Soy partidario “de ver a este hombre abandonar el país y tener una transición segura en Siria”, añadió.
Una gran parte de la oposición siria, actualmente reunida en Doha, establece como condición indispensable a cualquier negociación la salida de Assad, quien se niega a contemplar una posible marcha y que, en varias ocasiones, dijo estar decidido a aplastar la rebelión.
De hecho, su ejército, cuya aviación tiene el control absoluto del cielo frente a unos rebeldes equipados con armas ligeras, parece decidido a aprovechar esta ventaja, multiplicando las incursiones aéreas especialmente mortíferas.
Violencia sin fin
Al menos diez civiles murieron y unos 40 resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad, en la explosión ayer de tres bombas en un suburbio de Damasco, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
El atentado se produjo en Qudsaya, a 7 km al oeste de la capital, en el barrio popular de Al Wurud, donde residen miembros de la guardia republicana, precisó Rami Abdel Rahman, presidente del OSDH, una ONG con sede en el Reino Unido.
Damasco y su periferia, eclipsados durante un tiempo por la apertura en julio del frente de Alepo, se han convertido en el eje de la violencia y vivieron este martes varios atentados y ataques de la avión del régimen.
Por su parte, los rebeldes, apoyados por grupos islamistas, entre ellos el Frente Al-Nosra que vivió un fuerte ascenso en Siria, causaron importantes pérdidas a las fuerzas gubernamentales recurriendo a atentados.
Por su parte, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, gran aliada de Damasco, afirmó que los rebeldes “obtuvieron 50 misiles Stinger del exterior para golpear a los aviones de combate” del gobierno. La violencia dejó hoy 122 muertos, de los cuales 69 civiles, según un balance provisional del OSDH, que se apoya en una red de militantes y médicos en hospitales civiles y militares. En 20 meses de conflicto, más de 36.000 personas murieron en Siria, según el OSDH.
Un coche bomba causó heridos en Muadamiya, cerca de Damasco, y otro explotó en las afueras, en Sayeda Zeinab, provocando destrozos, mientras que la aviación bombardeaba Duma, también en la periferia. Por el momento, estos atentados no fueron reivindicados. En el sur de la capital, el hermano del presidente del Parlamento sirio Jihad al Laham fue asesinado por “terroristas”, en Midane, según la televisión oficial.
La oposición en Qatar
En Qatar, el Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, examina la creación de una nueva dirección política de oposición, propuesta por uno de sus veteranos, Riad Seif.
Para intentar retomar la iniciativa, el CNS anunció haberse ampliado con 13 nuevos grupos de oposición, respondiendo a las críticas llegadas de Siria y de países extranjeros que le acusan de falta de representatividad. Paralelamente, opositores se reunirán el jueves, respondiendo a un llamamiento de la Liga Árabe y de Qatar, para pronunciarse sobre la iniciativa de Seif que propone la creación de un nuevo organismo que controle a toda la oposición.
El embajador de Israel ante Naciones Unidas Ron Prosor envió este martes una carta al Consejo de Seguridad de la ONU para pedirle que actúe tras una serie de incursiones del ejército sirio en la meseta del Golán, ocupada por Israel.
Un vehículo militar israelí fue alcanzado ayer en esa región por balas perdidas lanzadas desde el sector sirio de la meseta, indicó este martes el ejército israelí, que el 3 de noviembre había denunciado el ingreso de tres tanques sirios a la zona desmilitarizada entre ambos países.
Por otro lado, se indicó que las fuerzas gubernamentales sirias han empleado bombas de fragmentación, mientras que los rebeldes dispondrían de armas más perfeccionadas, según informó este martes un alto funcionario de la ONU.
ONG como Human Rights Watch acusaron estas últimas semanas a la Fuerza Aérea siria de bombardear con artefactos de fragmentación localidades del norte del país, lo cual fue desmentido por Damasco.