Cambios en la geografía económica

Un nuevo país está naciendo en el interior federal de la argentina en lo que hace a la estructura productiva nacional. 

Cambios en la geografía económica
Cambios en la geografía económica

En nuestro país domina en general desde hace mucho tiempo el análisis económico puramente coyuntural. Vivimos, por efecto de una combinación de factores políticos y económicos adversos, el día a día; nuestro horizonte es de muy corto plazo. Pero además el análisis ha ido perdiendo riqueza y está concentrado casi totalmente en lo que se denomina “los mercados”, que no son otros que el mercado de cambios y el mercado financiero (tasa de interés, depósitos bancarios, bonos emitidos por el gobierno).

Hemos perdido por imperio de esas circunstancias y nuestra pobreza educativa, la capacidad de observar y analizar fenómenos económicos y sociales como los cambios, siempre lentos y poco perceptibles, como son los que se producen en la estructura espacial de la economía. Preguntarnos si ciertas actividades económicas se han desplazado de un lugar a otros, si han surgido otras nuevas, y si ello ha ocurrido, cuáles son las causas y los efectos que estos cambios producen.

Por otra parte, el notable predominio de los análisis de corto plazo en esos mercados financieros apagan u ocultan la visión de procesos económicos menos llamativos, que requieren más esfuerzo y conocimientos, que se producen muchas veces lejos de las “city porteña”. Lugar que domina la información y el “ruido ciudadano” de la prensa, sobre todo de la televisión. Basta detenerse unos minutos a ver los noticieros producidos en Buenos Aires y advertir la inexistencia de información relevante del interior del país, salvo las policiales más llamativas.

Tratemos pues de dar un pantallazo, una especie de pincelada de lo que se puede observar, si cambia la perspectiva desde la cual se mira el país. Mirada ilustrativa para el lector que se toma unos minutos para salir de una coyuntura parcial, pequeña, generalmente agobiante.

Una mirada que abarque unas ocho décadas de nuestra historia económica y social nos muestra un proceso, iniciado en la década del treinta y acentuados en las posteriores, de desarrollo económico basado en la industria sustitutiva de importaciones. Industria liviana primero y hacia los años ’60 los intentos de desarrollo de la industria pesada.

La mayor parte de esa industria se localizó en un eje que iba desde la ciudad de La Plata hasta Rosario, con centro preponderante en el gran Buenos Aires. La instalación de la industria automotriz tuvo, y tiene aún, un importante desarrollo en la ciudad de Córdoba.

La enorme migración interna desde la provincias pobres del interior se localizó mayoritariamente en el gran Buenos Aires, donde había mejores posibilidades de trabajo y de vida, generando eso que hoy llamamos el Conurbano, sus distintos “cordones”, que hoy son la obsesión electoral de todos los políticos. Pero lo que importa destacar es que durante unas cuantas décadas lo esencial de la actividad económica del país se desarrolló en ese espacio geográfico.

El agotamiento de ese modelo económico se hizo visible en los años ‘80. Y luego, los cambios económicos de los ‘90 dieron lugar a una modificación sustancial de la estructura espacial de la economía argentina.

Hoy los motores de la economía ya no están más en ese litoral, salvo los puertos sobre el Paraná en Rosario, aunque esta actividad es totalmente distinta a las anteriores.

Hoy los motores están localizados a lo ancho y largo de una geografía económica distinta a la de tres décadas atrás.

Señalemos en esta primera aproximación algunos sectores muy dinámicos cuyo centro es el interior del país con despliegue espacial.

Obviamente en primer término tenemos a la agricultura y la ganadería. Los cambios profundos en la primera produjeron el desplazamiento de la ganadería a tierras menos aptas y el engorde a corral. Esta ganadería se extiende prácticamente a la mayor parte del territorio. Incluida nuestra provincia. En agricultura hay 37 millones de hectáreas de granos y 1,3 millones de forestales plantados, especialmente en la región mesopotámica.

La nueva agricultura y ganadería han generado en el interior del país una pujante industria de maquinaría agrícola.

A ello hay que sumar lo que siempre se conocieron como las economías regionales, tales como caña de azúcar en el norte, cítricos, arroz, té, la vid, la fruticultura.

En síntesis, la geografía económica de la nación de los argentinos se está desplazando hacia el interior del país, se trata de un proceso que hay que seguir con suma atención porque puede cambiar significativamene la estructura productiva tradicional.

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