Aunque en Argentina el fenómeno de la transexualidad comenzó a tomar relevancia recientemente, en otros países como Canadá, lleva una extensa trayectoria y cuenta con eminencias como el psicólogo Ray Blanchard, miembro desde 1980 de la Clínica de Identidad de Género en el Instituto Clarke de Psiquiatría en Toronto (ahora parte del Centro para la Adicción y la Salud Mental), y Jefe de los Servicios Clínicos de Sexología de esa institución entre 1995 y 2010. También fue presidente de la Academia Internacional de Investigación Sexual y, en 2017, recibió el premio "Richard Green Lifetime Achievement", de la "International Academy of Sex Research".
Sin pares en nuestro país, mantuvo una conversación con Los Andes sobre varios puntos fundamentales para comprender, desde una perspectiva científica, una tendencia en alza sobre todo entre los más jóvenes.
- En nuestro país se empezó a hablar de personas trans recientemente, tanto en los medios de comunicación como en ciertos ámbitos de la salud pública. Sin embargo, no se conocen masivamente datos importantes, como cuál es el porcentaje de personas con disforia de género a nivel mundial, ni cuáles son exactamente las razones por las que una persona puede ser catalogada como trans. ¿Podría hablar sobre estos dos puntos?
- Como lo señaló, los límites de la disforia de género son cada vez más borrosos. Es posible que incluso algunos adolescentes que no tienen una genuina disforia de género se llamen a sí mismos “raros” (queer) o incluso “trans” para parecer más interesantes e impresionar a sus amigos. Al menos eso es lo que está sucediendo en el mundo de habla inglesa; no sé si es el caso en otras culturas o áreas geográficas. Por lo tanto, creo que sería difícil producir estimaciones serias acerca de la prevalencia poblacional en disforia de género en este momento, y preferiría no intentarlo.
- ¿En qué casos recomienda usted la operación de cambio de sexo?
- Personalmente estoy a favor de la cirugía de reasignación de sexo para casos de adultos adecuadamente seleccionados, cuya disforia de género no parece tratable por otros medios. También estoy a favor del pago a terceros (medicina privada) por parte del gobierno para tales operaciones, siempre que el paciente haya sido evaluado y recomendado adecuadamente para estos procedimientos, por profesionales de la salud mental con licencia. Los procedimientos de reasignación de sexo no producen una imitación perfecta de la anatomía externa del sexo opuesto, y puede haber algunas consecuencias negativas para la salud. Los médicos que apoyan el uso de tales procedimientos no los apoyan porque son perfectos, sino porque son el mejor tratamiento paliativo disponible actualmente para estos pacientes.
- En lo que conocemos como LGBTQI se engloba a personas con muy distintas características, ¿quién gana y quién pierde en esta categorización, dentro del ámbito internacional?
- Después de que se legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo en muchas jurisdicciones, varias organizaciones de derechos de los homosexuales perdieron su primera razón de ser. En algunos casos, la financiación todavía funcionaba, y activistas trans se movieron para llenar el vacío. Naturalmente, los nuevos líderes se centraron en los cambios legislativos que se referían a los transexuales y no a los homosexuales. Por ejemplo: un relajamiento de los requisitos para un cambio legal de sexo. Algunas lesbianas, aunque no todas, sienten que este cambio de énfasis las hizo invisibles e irrelevantes para las organizaciones que habían ayudado a construir. Este grupo claramente siente que el cambio de LGB a LGBT ha sido beneficioso solo para las personas trans y a expensas de las lesbianas.
- Algunas voces críticas en el ámbito de la psicología hablan de la creciente influencia de lo "políticamente correcto" en el consultorio, debido a la injerencia del activismo de género, ¿qué piensa sobre esto?
- En principio psiquiatras, psicólogos y otros profesionales de la salud mental deberían ser inmunes a las nociones “políticamente correctas” para tratar al paciente de acuerdo con el mejor conocimiento clínico disponible. En la vida real, sin embargo, son tan susceptibles a las modas como otras personas; recordemos a la lobotomía prefrontal, las terapias de recuerdos recuperados, etc. Estas cosas pasan.
- En cuanto a la educación sexual en la escuela: ¿cree que debe contemplar a las entidades no binarias desde la primera infancia?
- Creo que intentar enseñar a pequeños escolares acerca de la disforia de género es innecesario y potencialmente confuso. Esta es otra situación que en gran parte tiene que ver con adultos impresionando a otros adultos con su progresismo.
-Con tantos años de experiencia con pacientes que hicieron una reasignación sexual, o cambio de sexo, ¿puede darme una síntesis de su pensamiento al respecto?
- Creo que la transición de género es una medida de último recurso para las personas que han alcanzado la edad adulta sin poder aceptar su anatomía natal. En esos casos, debería ser apoyada por el Estado tanto como sea posible. Con suerte, la familia del individuo otorgará un respaldo más personal. No estoy a favor de la reasignación en niños, a menos que esto sea absolutamente inevitable por alguna razón, porque la transición social (y las hormonas que bloquean la pubertad) encierran al niño en una trayectoria transexual. Creo que es preferible, por motivos médicos, que el niño se convierta en una mujer lesbiana o un hombre gay que esté contento con su anatomía, y que no requiera cirugía o tratamiento hormonal de por vida.