M ientras los hombres hacen del fútbol un conventillo con denuncias cruzadas pidiéndose unos a otros puntos que no se ganan en la cancha –lo hizo San Lorenzo contra Temuco de Chile, lo hizo Independiente contra el Santos de Brasil y lo está queriendo hacer Racing frente a River–, las mujeres van tomando un protagonismo en el fútbol con más argumentos y comienzan a marcar la tendencia de un cambio de paradigma.
La lucha por la igualdad de género es protagonista principal de los cambios sociales de estos tiempos. En el medio de tantos frentes abiertos, las chicas lanzaron esta semana el proyecto de Ley para que el 21 de agosto sea declarado el “Día de la Futbolista”, así como los hombres tiene el suyo que fue establecido el 14 de mayo por aquel gol que Grillo le hizo a los ingleses en 1953 y que sirvió para vencer por primera vez a los inventores del deporte.
Basándose en eso, las chicas sacaron a relucir que el 21 de agosto de 1971, la selección femenina también venció a Inglaterra por 4 a 1 y que esa historia quedó archivada en el olvido por la invisibilización que se ha hecho en el país del fútbol femenino. De hecho, durante décadas se descalificó a aquellas que querían jugar al balompié porque este estaba rotulado como un deporte masculino.
Podríamos nombrar cientos de frases hechas que se usan en las tribunas y hasta en los medios que ponen al fútbol como una actividad machista.
"Paternidad": que grafica una "superioridad", sin embargo, no es lo mismo, ya que representa una supremacía masculina.
"Poner huevos": da a entender que es un área de hombres.
Esta semana el Norwich de la Segunda División inglesa pintó de rosado el vestuario visitante. El motivo oficial fue que ese color baja la testosterona de los hombres y hace que sean menos “violentos”.
Claro, según el pensamiento del ambiente, ser menos viril te da inferioridad deportiva. Un razonamiento bien masculino. Habría que explicarle que para jugar bien al fútbol hace falta ser inteligente y no violento. De hecho la jugada no le sirvió demasiado porque cayeron 3 a 0 contra el Leeds de Marcelo Bielsa.
Si sólo los hombres con alto nivel de testosterona pueden ser agresivos, cómo se explica que una mujer haya sido detenida esta semana por ser la jefa de la barrabrava de Banfield, con todo lo que esto significa.
¿Debería ser noticia que haya mujeres en las ternas arbitrales? Uno cree que no, pero cada vez que eso pasa se toma como una cuestión excepcional.
Cómo también han llamado la atención Silvana Villalobos por ser técnica del equipo masculino de Boca de El Bermejo o cualquier dama que se convierte en presidente de la institución.
Más allá de todo esto, en la Argentina hoy hay más de un millón de mujeres que se dedican al fútbol y las mujeres comienzan a ganar espacios en la actividad.
Claro que, como ya hemos dicho muchas veces, el tema económico sigue siendo una limitante. Mientras los jugadores firman contratos millonarios y hasta son modelos de las empresas para vender, las chicas ponen plata para jugar y a ninguna marca le preocupa pensar en ellas como imagen de marketing.
No debemos olvidar que la selección argentina femenina sigue peleando en conseguir emparejar las cosas, pero más allá de ello, las chicas están a un paso de clasificarse al Mundial.
Esta situación se dio y, mucho, el año pasado en Europa, dónde también las selecciones femeninas salieron a pedir igualdades de trabajo. Y este año la lista Forbes sobre los mejores deportistas pagados del mundo, no hubo ninguna mujer en los primeros 100 lugares.
Es importante que desde las instituciones madres se está trabajando en pos de la igualdad. FIFA hace su mundial desde hace tiempo y la Confederación Sudamericana ahora no deja competir a un equipo masculino que no tenga a uno femenino compitiendo en su liga de origen.
Mendoza tiene un torneo que crece sólidamente, en el que hoy se disputarán las semifinales.
Es que además uno tiene que ver que el fútbol no es sólo una actividad profesional. Como todo deporte tiene un rol social que es muy importante.
Hay casos como los de Mónica Santino quien con el colectivo “La nuestra” hace más de 10 años que trabaja en la Villa 31 sacando a chicas de las malas condiciones en la que viven y mostrándole un mundo diferente.
“Después de los entrenamientos, hay encuentro para conversar sobre los problemas de cada una, para hablar de derechos sexuales y reproductivos, de la violencia machista, de prevención del embarazo adolescente”, cuenta la misma Santino.
Es verdad que será muy difícil que culturalmente una hinchada entienda que los tiempos han cambiado, pero que se hable del tema ya es importante.
La semilla está plantada.
Desde ahora hay que abonarla y regarla para que crezca con fuerza.
