Cambiemos y su líder, el presidente Mauricio Macri, recibió ayer un enorme espaldarazo financiero y político de la comunidad internacional que superó las expectativas, lo cual mejora la posición de la coalición gobernante de cara a las presidenciales de 2019.
Con 55.650 millones de dólares en el bolsillo, Macri blindó el frente financiero por al menos tres años, lo que le dará tranquilidad y margen de maniobra para fortalecer la gobernabilidad, frente a la caída de su imagen.
Macri y su Gobierno reciben este apoyo global como quien toma una bocanada de oxígeno tras pasar un tiempo bajo el agua.
La relación con la oposición se ha ido endureciendo y llegó a un punto de quiebre en el ocaso de mayo por la decisión del Gobierno de vetar la ley que frenaba la suba de tarifas, lo cual incrementaría el agujero fiscal en unos 115.000 millones de pesos.
Como líder de Cambiemos, Macri reunió ayer en la Casa Rosada a sus aliados radicales Alfredo Cornejo y Ernesto Sanz, además de Marcos Peña y Horacio Rodríguez Larreta para que no se enteren del acuerdo por TV, actitud para fortalecer Cambiemos.
Allí se acordó reconstruir puentes con el “peronismo dialoguista” en el Congreso y con los gobernadores. El Presidente lo necesitará más que nunca: las provincias deberán compartir gran parte del esfuerzo fiscal y reforzar la contención ante la demanda social en alza.
La Argentina ha pasado a ser el país que nominalmente más deberá al FMI, pero la agenda oficial está llena de urgencias generadas por problemas estructurales de una Argentina que ha tenido déficit fiscal en 53 de los últimos 57 años.
El recorte del gasto público no será gratuito: la economía caerá durante al menos dos trimestres, se congelará el consumo y podrían crecer el desempleo y la pobreza. La CGT se la ve venir y evalúa un paro general.
Es un costo que Macri decidió asumir para sortear la emergencia y descomprimir la presión en un escenario global volátil.
