La oferta electoral de octubre será notablemente diferente a las últimas elecciones de medio término, las de 2013, cuando nacionalmente gobernaba el kirchnerismo y la oposición se presentaba fragmentada y no existía Cambiemos. En el nuevo mapa electoral se observa que el oficialismo de Cambiemos, con algunas variantes en su nombre pero conformado básicamente por la UCR y el Pro, se presentará en 23 provincias, menos en la Capital Federal donde irá dividido.
El Frente para la Victoria, el nombre con el que el peronismo kirchnerista se venía presentando (mayormente con éxito) en casi todo el país desde 2003, solo estará en las boletas de Santa Cruz y Formosa, a la par que "Unidad Ciudadana", la flamante creación electoral de Cristina Fernández, competirá en la provincia de Buenos Aires y en siete distritos más.
El peronismo oficial, en tanto, se presenta fragmentado, "provincializado", sin una referencia nacional que lo ordene. En las próximas elecciones se votarán 127 bancas a diputado nacional y en ocho provincias, se elegirán los senadores nacionales. Las alianzas y frente electorales, previo a octubre, deberán superar en las PASO del 13 de agosto, el 1,5% del padrón electoral.
"El hecho relevante en este cierre de alianzas es que Cristina (Fernández) se desprendió del PJ. Es cierto que nadie gana una elección con un sello, pero el del PJ tiene su importancia. Hay muchos jefes políticos territoriales que tienen una relación hasta afectiva con el PJ. Esto no significa que Randazzo va a ganar. Pero nos muestra que la relación del kirchnerismo con el peronismo es compleja. Yo creo que no tiene retorno", dijo el consultor Ricardo Rouvier a este diario.
Rouvier, también, calificó como "fragmentado" al peronismo nacional. "Yo, en cambio, hablaría de 'deshilachado'; quedó desconfigurado", coincide Federico González, de la consultora González y Valladares. "Cada uno tiene lo que se merece. En este juego de egos, no hay un peronista que pueda representar al resto", dijo.
Para González, el cierre de alianzas dejó incertidumbres: "la gran incógnita es si Cristina se va a presentar; yo creo que no. Tampoco definió su candidatura Massa, aunque yo creo que lo va a ser y no se conoce los candidatos de Cambiemos". González sigue viendo un escenario "tripartito" en la provincia de Buenos Aires: "Cambiemos, Cristina y la alianza Massa-Stolbizer".
“No entiendo porqué se juega al misterio de no anunciar una candidatura; hay un narcisismo de esta época que se confunde con una alta estrategia”, criticó González. “Yo creo que como estrategia de campaña, el que pega primero, pega dos veces”, agregó.
Hilario Moreno, de la consultora Dicen, no cree que Florencio Randazzo, con el PJ oficial, le saque muchos votos al kirchnerista "Unidad Ciudadana", sino que el ex ministro de Cristina Fernández, "más bien comparte electorado con el massista 1País y hasta con parte del peronismo antiK que adhiere a Cambiemos".
En Buenos Aires, el oficialista Cambiemos, el kirchnerista Unidad Ciudadana y 1País no definieron sus candidaturas.
El consultor ve "provincializado" al peronismo nacional. "Tras las elecciones es de esperar que surjan liderazgos; entre ellos habrá que seguir atentamente la elección de Cristina Fernández, cuyas mediciones en Buenos Aires, no bajan de los 40 puntos". Para Moreno, Cambiemos bonaerense ronda los 30 puntos y no llega a los 20 la alianza Massa-Stolbizer.
Rouvier también destaca que, como hecho relevante previo a las PASO, "Cambiemos logra estar en todas las provincias; se consolida como una opción nacional, aún con las tensiones entre el Pro y la UCR por las candidaturas".
Moreno también reconoce “la buena arquitectura electoral” que alcanzó a Cambiemos, aunque cree que la solidez de ese armado “depende mucho de cómo le va a Macri y la gestión nacional”.
El peronismo resolvió sus alianzas provinciales sin un ordenamiento nacional; cada gobernador o caudillo del PJ hizo o deshizo alianzas de acuerdo a sus intereses locales. No hubo ninguna guía u ordenador por encima, como ocurría cuando gobernaba el kirchnerismo. Si algo está en juego dentro del peronismo, ya de cara al 2019, es la construcción de un liderazgo nacional.
Por el contrario, los distintos armados provinciales de Cambiemos estuvieron monitoreados desde la Casa Rosada y la UCR nacional; para bien o para mal. Más allá de las tensiones en algunos distritos (como Córdoba, Santa Fe y la Capital Federal), las discusiones se saldaron con organicidad entre los socios de Cambiemos.
En la provincia de Buenos Aires, el oficialista Cambiemos, el kirchnerista Unidad Ciudadana y 1País no definieron sus candidaturas. El Partido Justicialista tendrá internas entre Florencio Randazzo y el intendente de José C Paz, Mario Ishii.
En la Ciudad de Buenos Aires, Cambiemos no se presentará e irá dividido en "Vamos Juntos", la alianza entre el Pro y Elisa Carrió, y Evolución Ciudadana, integrada por la UCR y el Partido Socialista, y liderada por Martín Lousteau.
El peronismo y distintos grupos kirchneristas armaron "Unidad Porteña". Podría haber interna entre el PJ oficial, el Movimiento Evita y otros, y La Cámpora, Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella y un puñado de agrupaciones kirchneristas.
Estas elecciones también marcarán el fin de la histórica y gobernante alianza santafesina entre el Partido Socialista y la Unión Cívica Radical.
Impulsado por la Casa Rosada, se conformó Cambiemos con el Pro y la UCR. No obstante, hay grupos radicales disidentes que continuarán aliados al socialismo. Habrá que ver en qué espacio pesa más la UCR.
Entre otras curiosidades del cierre de frentes, está la alianza entre el kirchnerismo y los Rodríguez Saá, en momentos en que el peronismo se muestra fragmentado.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que reúne al Partido Obrero, la Izquierda Socialista y el Partido de los Trabajadores Socialistas, competirá bajo el nombre FIT en 13 distritos.