Dirigentes de Cambiemos celebraron ayer la resolución de la Justicia de suspender de su cargo como jefe de la Auditoría General de la Nación (AGN) a Ricardo Echegaray, en tanto desde el kirchnerismo evitaron respaldar al ex funcionario.
El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, sostuvo que “tarde o temprano” iba a tener lugar la suspensión de Echegaray porque “tenía 16 juicios pendientes”, mientras el diputado nacional de la Coalición Cívica, Fernando Sánchez, consideró que el ex director de la AFIP “tiene que estar preso”.
Por otro lado, el ex ministro de Economía, Axel Kicillof, evitó pronunciarse sobre la situación política y judicial en la que se encuentra Echegaray: “Me enteré por los diarios, no tengo conocimiento estricto de lo que pasó, de qué se lo está acusando, cuáles son los motivos”.
El ex director de AFIP fue procesado por el juez federal Claudio Bonadío en el marco de una causa iniciada por el ministro de Hacienda, Alfonso de Prat Gay. Además, la jueza en lo contencioso administrativo Claudia Rodríguez Vidal hizo lugar a una acción de amparo impulsada por los diputados nacionales Elisa Carrió y Fernando Sánchez, y lo suspendió preventivamente por tres meses, en sintonía con un pedido de remoción firmado por los presidentes de las Cámaras de Diputados y Senadores, Emilio Monzó y Gabriela Michetti.
Por el lado del oficialismo, Monzó señaló que “después de haber sido procesado consideramos que hay una incompatibilidad con el cargo”, citó el artículo 126 de la Ley de Administración Financiera y, en una entrevista publicada en el diario Clarín, planteó que “ahora hay que dar tiempo al PJ para que tome su posición” como partido de minoría y designe un nuevo auditor al frente del organismo. “Confío mucho en la nueva conducción del PJ para que propongan un funcionario que no tenga este tipo de situación”, dijo. a