Medio vaso de limón con agua helada, todas las mañanas, para limpiar.
Se trata de limpiar, se trata de adentro, de afuera,
Una bolsa de nylon que se enreda en jarillas secas,
Bajo el sol.
Después contar los días, cinco y dos, cinco y dos, y así.
Contar las horas, el espacio para el almuerzo.
Las pantallas, los entremeses, la compañía de otra figura fantasmal que también cuenta sus horas.
Medio vaso de vino con hielo, todas las noches, para saber que vino la noche.
Se trata de saber, de oscuro, de claridad.
De saturar.
Una foto en la pantalla que muestra un nido increíble,
Una construcción imposible e instintiva,
Con cámaras secretas y salidas y entradas.
Los festejos a los que asistimos son el holograma de un ritual original,
Que en su repetición va perdiendo sentido,
Que en su repetición nos transforma en fantasmas con voces.
Cámaras secretas en los nidos de las aves
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