En la tarde del viernes 31 de octubre de 1969 tomamos todos nuestros cachivaches y comenzamos una nueva vida; ese día habitamos la querida casita del barrio Infanta, que tanto sacrificio les había costado a mis viejos; más al papá, por tener que pedalear por el callejón Palacios todas las tardes para cumplir con las 5.000 horas de trabajo en ese barrio que se hizo por ayuda mutua.
La novedad fue que las calles no tenían nombre propio, esas calles todavía de tierra y con grandes escombros en sus costados tenían un número. Desde los comienzos se pensó que eso era innovador y por mucho tiempo nuestra calle fue la Nº 20, hasta que desapareció el cartel de la esquina que lo indicaba.
En tiempos de elecciones (no hace mucho), algún futuro concejal de Las Heras pasó casa por casa dejando una planilla y una encuesta para ver la posibilidad de que las calles tuvieran nombre propio. Parece que después de que ganó las elecciones el edil olvidó el proyecto junto con la planilla y la encuesta. Nunca más pasó a buscarla.
¡Qué importante sería que nuestras queridas calles del barrio Infanta pudieran tener nombres propios!
Artistas, deportistas, vecinos destacados, o algún hecho importante de nuestro querido Departamento estarían reconocidos en un justo homenaje.
Mientras, yo sigo viviendo en la calle Nº 20, aunque nadie lo recuerde.
Rubén Lloveras - DNI 14.185.138
