Calle San Juan: una zona comercial en baja

Desde José Vicente Zapata a Garibaldi, los comerciantes notan menor concurrencia de compradores. Mantienen la esperanza de que el shopping de Maristas revitalice este sector.

Calle San Juan: una zona comercial en baja

Negocios establecidos desde hace décadas se van intercalando entre otros más nuevos que ofrecen servicios y alimentos para los residentes de la zona. Se trata de la calle San Juan entre José Vicente Zapata y Garibaldi, tramo que, por su cercanía con San Martín y Peatonal tuvo su esplendor tiempo atrás.

Según cuentan los comerciantes allí instalados, hoy en día cada vez notan menos paseantes y compradores. Igualmente se esperanzan con que el shopping que se realizará en el pozo Maristas, dé nueva vida a esa parte del centro.

Alfio Camarda (85), dueño del almacén de suelas que lleva su nombre, se instaló en ese lugar en  1992 y por estos días se encuentra cerrando su local. Si bien los motivos de la clausura no están directamente relacionados con su ubicación, reconoce que la calle San Juan tuvo un bajón muy fuerte en los últimos años.

"Cada vez son más las oficinas que se instalan en las inmediaciones. Encima, cada vez pasan menos micros, lo que lleva a que cada vez haya menos paseantes", apuntó el hombre. Para su hijo Sergio, encargado de atender el comercio, la mayor afluencia de gente puede notarse desde Catamarca hacia el norte.

En tanto, Carlos García, quien atiende el tradicional quiosco "Don Paco", que le legó su padre, aseguró que el problema es que el centro se ha trasladado. "Cuando hicieron los persas empezaron a surgir un montón de negocios alrededor y la gente se trasladó hacia la calle Godoy Cruz. Es más, para muchos esta parte del centro no existe", señaló.

Otro factor que el comerciante mencionó fue el crecimiento de los shoppings. "Ya la gente no pasea por el centro, porque se lo considera como más peligroso, lo que hace que las calles estén muertas", se lamentó.

Argentino Gutiérrez, dueño de Pelucas Daphne, tuvo una visión similar. "Ésta es una zona comercial que se ha venido a menos. Hay poca gente y poca venta", expuso el hombre que tiempo atrás también tenía una peluquería. "Los costos no daban y tuvimos que cerrar, por eso nos quedamos sólo con las pelucas", relató.

Por su parte, Silvia Lafi, propietaria de la tienda de cotillón Cinta en Flor, también ha notado que ya no es un sector de paso de tanta gente. "Se puede ver sobre todo los fines de semana. Están todos de la Peatonal para abajo", comentó.

Uno de los factores que influyen para ella, es que se trata de una zona donde se mezcla el comercio con locales de servicios y viviendas. Tanto para la mujer como para otros comerciantes, el shopping que se construirá en el pozo Maristas renovará las inmediaciones. "Estoy convencida de que le dará un nuevo auge porque va a venir más gente", dijo.

Portal turístico
Consciente de este panorama y como un miembro activo de la comunidad, Camarda presentó tiempo atrás un proyecto para mejorar esa arteria. "Fue cuando Eduardo Cicchitti era intendente (2003 a 2007) de Capital. Se trataba de una propuesta para revalorizar la calle y embellecerla", contó Camarda.

El nombre del proyecto era "Paseo San Juan" e incluía la posibilidad de aprovechar el ancho de la vereda para realizar actividades culturales. "La idea era que esta calle se convirtiera en una portal de ingreso al turismo", destacó.

Aunque pasaron los años y el emprendedor siguió detrás de la iniciativa cuando Víctor Fayad fue jefe de la ciudad, nunca logró que se hiciera realidad. "Yo ahora me estoy retirando pero me hubiera gustado que quedara como un aporte a la ciudad", precisó el vecino.

Voz municipal
Si bien desde la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico de la Municipalidad de Capital, reconocen que hay una crisis general del comercio, aseguran que no han detectado grandes bajas en particular en la calle San Juan.

"Lo que ocurre es que empiezan a funcionar nuevas áreas y las zonas van cambiando de rubro", explicó. Por otra parte la funcionaria recalcó las obras de infraestructura que se han realizado en esa arteria como las luminarias y el asfalto de las laterales que desembocan en esa calle. "Son medidas que de alguna manera ayudan a reactivar esa zona del centro", subrayó Juri.

Del mismo modo que los comerciantes, para la funcionaria la apertura del nuevo centro comercial en los terrenos donde anteriormente funcionaba el colegio Hermanos Maristas va a contribuir con esa porción del centro.

"Porque aporta plazas de estacionamiento por un lado y por el otro por la nueva oferta recreativa que se va a generar", detalló a la vez que recordó que las obras se iniciaron en febrero de este año. El shopping estará ubicado en un terreno de 10.000 m2, con 52 metros de frente sobre avenida San Martín y salida a las tres calles restantes: Alem, Don Bosco y Primitivo de la Reta.

Deja el rubro después de 63 años

Hijo de italianos, Alfio Camarda (85) llegó a Mendoza tras la Segunda Guerra Mundial. Con mucho trabajo y esfuerzo logró forjar su oficio como compositor de calzados, fabricante de cinturones y proveedor de zapateros en la provincia. Su primer almacén de suelas funcionaba en la calle Santiago del Estero y en 1992 se trasladó a la calle San Juan donde se ubica actualmente.

Si bien hoy el local está a cargo de su hijo Sergio, entre los dos decidieron cerrar. "Ya no es un negocio rentable por los gastos fijos y la presión tributaria. Tenemos gastos grandes y entradas chicas", comentaron en conjunto padre e hijo.

Tal como contaron, hace 20 años había en la provincia unos 400 fabricantes de calzados a algunos de los cuales ellos proveían, pero hoy ya no queda ninguno. "Los zapatos vienen desde Córdoba y Buenos Aires. Acá no hay grandes fabricantes, a lo sumo alguno que haga pocos pares", explicó Sergio.

Además las reparaciones, a las que también se dedicaban, dejaron de ser convenientes. "Antes por el arreglo más importante de un calzado, que era el cambio de suela, se pagaba entre el 50% y el 60% del valor del mismo, pero ahora nadie te paga eso sino que se elige directamente comprar unos nuevos", indicó el hombre.

En la puerta del negocio ya puede verse un cartel enorme que reza "se vende", además de letreros que indican que los clientes deben pasar a buscar a la brevedad los zapatos que dejaron para arreglar. "Ya no recibimos más composturas así que técnicamente estamos cerrados", señaló Sergio. Su papá además se dedica a escribir y hace un año editó el libro "Del Etna al Aconcagua".

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