Un call center que funcionaba de manera ilegal en Godoy Cruz fue desbaratado el lunes por efectivos de Investigaciones. Desde allí se ofrecía a clientes de la empresa Claro planes telefónicos falsos por los que las víctimas pagaban en efectivo. En el lugar, además, trabajaban varios empleados que desconocían el engaño.
Desde mediados de octubre, en las Oficinas Fiscales de Maipú, Luján y Godoy Cruz se repetía una denuncia: un cliente de la empresa de telefonía celular Claro aseguraba haber sido víctima de estafadores.
La metodología adoptada por los timadores en todos los casos era similar: las víctimas recibían llamados de un supuesto representante de la empresa que les ofrecía nuevos planes (incluía minutos de llamada, mensajería e internet) que iban desde 55 a 200 pesos. El operador les indicaba que el primer pago debía hacerse en efectivo y que un cobrador pasaría por su domicilio.
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De esta manera, pocos días después llegaba a la casa de las víctimas un representante de Claro identificado con una remera de color negro con el logo de la empresa. Los cobradores recibían el pago en efectivo y fotocopias del DNI del titular de la línea.
Sin embargo, a cambio no entregaban ningún comprobante sino que sólo hacían firmar a las víctimas una planilla.
Como los beneficios adquiridos nunca se concretaban, los clientes engañados se comunicaron con la sede de la empresa. Desde allí les explicaron que jamás los habían llamado y que la compañía no cuenta con cobrador domiciliario. O sea, les confirmaron que habían sido timados.
Allanamientos
El sábado pasado, un cobrador fue detenido mientras se encontraba a punto de cometer otra estafa. A él se llegó gracias a la última víctima de la banda, que, antes de recibir al cobrador, avisó a Claro y luego puso la denuncia. El falso cobrador fue detenido e imputado por tentativa de estafa, mientras la Justicia investiga su participación en los hechos.
Dos días más tarde la policía allanó la casa de este hombre y una vivienda donde funcionaba el call center, ubicadas sobre las calles Fleming y Cabildo Abierto de Godoy Cruz, respectivamente.
Esta última, a pesar la precariedad habitacional, estaba ambientada como todo un call center: había varias computadoras, celulares, chips, documentación, planes de telefonía celular, remeras con logos de Claro, entre otras cosas, todos elementos que fueron secuestrados.
Además se descubrió que en la vivienda trabajaban alrededor de 10 jóvenes, todos de aproximadamente 20 años que también serían supuestas víctimas de los estafadores. "Ellos, al parecer, creían que obraban bien. En su mayoría eran chicos estudiantes y hasta había una madre soltera, todos sin experiencia laboral. Algunos hasta se lamentaron por los días que trabajaron y que no cobrarán", dijeron los pesquisas.
Pese a que en la casa estaba el responsable del lugar -un hombre de unos cuarenta años-, no hubo detenciones ya que la Justicia determinó que sólo se lo identificara.
"En caso de recibir estas promociones lo recomendable es comunicarse o ir a los centros de atención habilitados. Además, hay que recordar no brindar telefónicamente datos personales ya que muchas veces eso luego deriva en secuestros virtuales", dijo el líder de la división de Delitos Económicos, Carlos Guillot.