El fundamento de este reclamo primordial es propender a los más altos patrones de calidad en la práctica profesional, con el objetivo de brindar a los pacientes una atención de máxima calidad y ofrecer a los médicos las más amplias garantías en su formación y proceder.
En la Argentina la mayor proporción de los médicos se encuentran aglutinados en decenas de Colegios -en la mayoría de las provincias-, por lo que disponen de esta herramienta indispensable para una práctica profesional adecuada en el estado actual de la medicina y de la profesión médica que tiene como beneficiario central al conjunto de la sociedad. Esto es posible gracias a que el sistema de Colegiación Legal tiene reconocimiento constitucional y universal para todas las profesiones, en especial las universitarias.
Paradójicamente, en Mendoza todos los proyectos presentados han sido rechazados por los funcionarios o legisladores de turno, haciendo permanecer en manos del Estado funciones que por fuerza de ley le deberían corresponder a las autoridades colegiadas elegidas por el voto de sus matriculados en forma libre y participativa.
Históricamente, es conocida la falta de presupuesto en el sector público de salud, lo cual hace que por escasez de recursos genuinos la supervisión y control del ejercicio profesional se vea claramente afectada, lo cual incide directamente en la salud de la población.
El gobierno y control de la matrícula debe ser estricta y rigurosa. Sin embargo, hoy no existen impedimentos para una persona pueda tramitar un sello profesional sin vigilancia, brindar atención sanitaria en instalaciones no habilitadas o ejercer sin matrícula o con la matrícula vencida, ya que se carece un sistema y metodología que impida dicho accionar. Es frecuente escuchar que médicos de otras provincias atienden en la nuestra en consultorios improvisados, una o dos veces por semana, proclamando múltiples especialidades en menoscabo de principios deontológicos básicos. Cuando en realidad, todo este control debería estar en manos del Colegio Médico a través de sus pares y con la superintendencia de los poderes del Estado.
Tampoco resulta adecuado el control del ejercicio ético de la profesión y la suma de la potestad disciplinaria ejercida por el ministro de turno, dependiendo de su criterio personal, con la visión parcial de su función y con el sesgo de su propio sector. La potestad disciplinaria manejada por un funcionario del Estado resulta dudosa en cuanto a garantía de ecuanimidad en las sanciones, especialmente cuando se es juez y parte.
El control en la formación del recurso humano es fundamental, como así también la certificación y recertificación de las especialidades por tratarse del capital humano, pilar fundamental de la salud pública. Esta función también está seriamente comprometida por la tradicional falta de recursos del Estado, que no permite brindar la máxima calidad en la educación y formación profesional.
Es conocida la circunstancia de que la formación de residentes en la provincia no admite que un médico desapruebe el ciclo lectivo por no haber logrado las competencias o expectativas de logro de la planificación anual a través de una evaluación exhaustiva, externa e independiente. Es decir que la promoción es automática cualquiera sea el grado de capacitación. Tampoco resulta lógica la falta de instructores docentes durante todas las actividades de aprendizaje y muchos residentes utilizan la mayor parte de su tiempo educativo en esforzadas tareas asistenciales.
Se requiere, además, una sistemática contraloría de la totalidad de consultorios y servicios médicos sin internación. Nos preguntamos ¿cuál es la metodología actual?. Proliferan anuncios médicos de distintos tipos y naturalezas sin que tengan la autorización y regulación correspondiente.
Muchas de estas funciones se encuentran legisladas, pero el Estado no dispone de los mecanismos para efectivizar el derecho de los ciudadanos. Por ello se hace necesaria la delegación por ley de estas tareas en los Colegios Médicos legalmente constituidos, como sucede en el resto del país. Del mismo modo que lo hacen decenas de profesiones que cuentan actualmente con sus cuerpos colegiados en Mendoza.
Se entiende fácilmente que la Colegiación Médica Universal y obligatoria brinda las mejores garantías para una práctica médica independiente, autorregulada, evaluada ética y deontológicamente por sus pares. Nuestra provincia no puede seguir postergada.
(*) Miembro Titular del Tribunal de Honor de la COMRA - Confederación Médica de la República Argentina