"No tengo dudas de que Araya era el objetivo a vigilar", explicó el comisario Juan Carlos Caleri, sosteniendo de esta forma que la policía siempre supo quién era el jefe de la banda delictiva que se dedicaba al narcotráfico.
El comisario general se presentó ayer por la mañana en la Quinta Cámara de Crimen para aclarar sobre la actuación de la policía en las escuchas telefónicas que derivaron en la detención de Marcelo "El Gato" Araya (36) y la posterior imputación por el delito de tráfico de drogas, contrabando y como autor intelectual de tres homicidios, en el marco de la guerra entre bandas que aún persiste en el barrio La Gloria de Godoy Cruz.
"En los homicidios se hizo prevención pero no pudimos evitarlos porque recibimos los datos con posterioridad", explicó Caleri.
Es que los defensores de Araya y Héctor "El Hueso" Morales (33), sostienen que la policía sabía a través de las escuchas que se iban a producir las crímenes pero nunca se le avisó a la Justicia Federal.
En cuanto al rigor que tiene las investigaciones con escuchas, Caleri dijo que "no tienen rigor científico pero están avaladas por la experiencia. Hacer escuchas no se enseña en ninguna escuela".
"Se podrían producir errores si nos quedamos con las escuchas y no hacemos trabajo de campo. Y (en este caso) esas tareas se hicieron. Por eso logramos incautar droga y realizar detenciones", aseguró.
El juez estaba informado
También declaró el comisario Roque Gales, en ese entonces jefe de Narcocriminalidad. El uniformado fue quien supervisó las intervenciones telefónicas.
"La oficial Arbona me mantenía informado (sobre el avance de la investigación)", explicó Gales, refiriéndose a la policía que se encargaba de desgrabar las conversaciones que mantenía Araya con sus allegados.
Sobre el trabajo específico de Arbona, indicó que la mujer utilizaba su propia computadora y que en la misma guardaba las desgrabaciones y apuntes pero nunca los audios de las intervenciones telefónicas.
Además explicó que Arbona logró detectar la voz de Araya ya que lo conocía porque había trabajado en la cárcel cuando el ahora imputado estuvo preso.
Una de las preguntas de los defensores apuntó al inicio de la investigación, cuando en uno de los teléfonos intervenidos -de un tal Galeana- surgió la voz de Araya y otros hombres que formarían parte de la organización.
"Todo se hizo conocer a mis superiores y al juez federal", explicó Gales, detallando que la escucha inicial "quedó en nada" pero tuvo derivaciones de peso.
Gales afirmó que se notificó al juez interviniente de todos los avances, incluso la participación de dos policías que hablaban con Araya.
Según el cronograma original, hoy se realizarán los alegatos y, mañana los jueces podrían dictar sentencia.
