Calentamiento global: ¿Qué hacer con el carbono?

El mundo está contaminado y su destino es incierto hasta conocer qué medidas se tomarán para su protección antes de 2050.

Calentamiento global: ¿Qué hacer con el carbono?
Calentamiento global: ¿Qué hacer con el carbono?

Aunque no es parejo en todo el planeta, el aumento de la temperatura se viene dando en los dos hemisferios y no sólo en el Norte, como se dice frecuentemente.

El promedio de temperatura en los últimos 200 años muestra que el crecimiento ha sido del orden de un grado, el cual es suficiente para hacer crecer el nivel de los océanos en 3,2 mm por año, producto del derretimiento de hielos y glaciares, que son el origen de ese desnivel. 

A pesar de lo dicho, en los últimos años hubo picos térmicos puntuales de calor que han sido muy violentos, como, por ejemplo, en Europa en 2003 con cerca de 70.000 muertos de los cuales sólo 15.000 ocurrieron en Francia.

En 2010 con otra ola, esta vez con cerca de 60.000 fallecidos en el oeste de Rusia, y también en algunas regiones de África sahariana, donde hubo temperaturas de 47 a 49 grados en Níger, Chad y Sudán.

Combustibles fósiles

Según Tim Flannery ("Buscando soluciones a la crisis climática") los fenómenos del Niño y la Niña tienen efecto sobre el calentamiento ayudados por el uso humano de combustibles fósiles para la producción de energía y del transporte. Especialmente La Niña que acelera la velocidad del calentamiento de la tierra en relación a los océanos.

Estos son los soportan un elevado porcentaje de GEI (gases de efecto invernadero) y por ello provocando mayor evaporación, tormentas y ciclones y con ello una profunda alteración de la vida marina, por el crecimiento del coeficiente de acidez del agua, lo cual perjudica especialmente las barreras de corales y moluscos.

La destrucción parcial de la floresta amazónica ha sido y es un factor importante en el aumento del calentamiento global al perder la tierra su capacidad de capturar carbón.

Curiosamente las mayores sequías de esa región fueron en 2005, 2010 y 2014, claramente influenciadas por el cambio climático y por la mencionada deforestación ya que Amazonia tiene capacidad de generar sus propias lluvias a través de la transpiración de las hojas de sus árboles.

Como ya sabemos, el factor más importante causante del calentamiento global es la emisión a la atmósfera de los GEI, cuyo componente principal es el CO2 (dióxido de carbono) y que son liberados a la atmósfera por el uso de combustibles fósiles para la producción de electricidad, las industrias y el transporte.

Además, estos gases no sólo son causantes del calentamiento global sino también muy perjudiciales para la salud humana.  

De las fuentes de energía fósil el carbón es la más peligrosa en términos de contaminación, y lamentablemente para el mundo grandes países como China e India, con un tercio de la población mundial entre los dos, siguen usando este mineral como materia prima en la producción de energía eléctrica.

En China, por ejemplo, el promedio de vida en las regiones industriales es 5,5 años menor que en las zonas abiertas, básicamente por problemas respiratorios, asma, alergias y cáncer.

Pero, indirectamente, también es afectada por fenómenos que son producto del calentamiento como los grandes aguaceros y alteraciones meteorológicas que producen problemas de alergias y contaminaciones por inundación. Los GEI tienen una fuerte influencia sobre la intensidad de las lluvias originadas en los océanos.

Algunas medidas se están tomando para desalentar el uso de fuentes fósiles en los procesos de transporte y energía eléctrica, tales como la eliminación de subsidios por parte de los países del G20 que son los mayores consumidores.

De todos modos, el auge del shale gas a partir del inicio de siglo XXI, de algún modo ha ayudado a la continuidad del combustible fósil, claro está, por razones económicas y no ambientales.

El mundo está debatiendo hoy dos alternativas tendientes a mitigar el daño ambiental producto del calentamiento global. Una sería seguir sin bruscos cambios en las fuentes energéticas, pero al mismo tiempo ir estudiando nuevas tecnologías para capturar los GEI por el tiempo que sea necesario y sin riesgos, a la espera de oportunidades de reciclado según las necesidades.

No obstante, una gran cantidad de países están optando por el cambio drástico en tecnologías y procedimientos, tales como parar los desmontes de bosques y el uso de combustibles fósiles, desarrollar energías alternativas y estabilizar la población del planeta. Esto sería el sueño dorado de los ambientalistas.

Por lo pronto, hay muchas formas de ayudar a bloquear las emisiones de GEI a la atmósfera, pero al tratarse de proyectos muy costosos es difícil llegar a un consenso entre los países sobre cómo hacerlo.

Tal vez una iniciativa de corte revolucionario, técnicamente hablando, sea como dijimos el almacenaje en algún lugar del planeta, en el que quede herméticamente cerrado como podría ser en el fondo de los océanos a más de 3.000 metros de profundidad.

Otras opciones en estudio son, la captura de CO2 desde el aire mediante un sistema de filtros reciclables y una tercera opción sería el almacenamiento en las profundidades del hielo antártico, aunque este proceso no es considerado tan seguro por los riesgos de escapes y además porque su viabilidad estaría sujeta a la aprobación de los países con dominio en esos territorios.

Así está el mundo hoy y su destino no podrá saberse hasta conocer qué medidas se están tomando para su protección y cuáles serán las evidencias para comprobarlas como forma de llegar de manera sustentable a la fecha tope de 2050 establecida en el Acuerdo de París.

En este contexto, se presentará la lucha entre los países desarrollados que quieren tasa cero de emisión para ese año y aquellos en desarrollo cuya postura es remisa debido a que, según ellos, ahora es su turno completar su proceso de desarrollo y para ello tendrán que seguir contaminando.

50 gigatoneladas

Durante la década pasada, las emisiones de gases de efecto invernadero han seguido el peor escenario del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.

En 2009, el año más reciente para el cual existen cifras relacionadas con todos los gases de efecto invernadero causados por el hombre, nuestras emisiones fueron de alrededor de 50 gigatoneladas de CO2 equivalente.

Y desde entonces sólo han crecido.  (Una gigatonelada equivale a 1.000 millones de toneladas métricas).

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