Mucho se habla del malbec y de la vitivinicultura premium, pero lo cierto es que el 42% del vino que consumimos los argentinos en 2015 fue “en cartón”. El envase multilaminado (tetrabrik) tiene una gran importancia para el negocio ya que mueve grandes volúmenes de vino básico, y en los primeros tres meses del año cayó su consumo 12,3%. Esto significa que se dejaron de vender unos 13 millones de litros en el primer trimestre de 2016.
Datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura indican que mientras en el primer trimestre de 2016 se vendieron 94 millones de litros de vino en tetra, en 2015 la suma ascendía a 108 millones de litros. El vino no escapa a las generales de la economía y quizás a un ritmo menor en este segmento han acomodado los precios en góndolas. Dos variables han sido fundamentales para ello: primero, la magra cosecha que generó aumento en los vinos básicos, y segundo, el proceso inflacionario al cual está sometido el país.
Así las cosas, desde la industria aseguran que este es uno de los segmentos más sensibles a los cambios en el precio de góndola, por lo que migran a otras bebidas, como es el caso de la cerveza.
“El negocio de vinos masivos para este año viene complicado. Los números generales del INV ya te marcan una pauta de que va a ser un año difícil con las caídas que se registran. Acá hay dos lecturas: por un lado, el poder adquisitivo del consumidor está siendo afectado, por la suba de tarifas, la inflación; y por otro lado, la revaluación del precio del vino está afectando el consumo”, estimó Daniel Tobares, gerente de productos masivos de Fecovita, que comercializa, entre otras, la marca de vino Toro.
Agregó: “Fecovita como ventaja tiene una línea de productos amplia que está en todos los segmentos de consumo. Pero vemos con preocupación la caída porque si analizamos los ciclos que tiene la vitivinicultura, cada punto de consumo que se pierde es muy difícil de recuperar”.
Por su parte, desde el Este, el empresario Carlos Crotta coincidió con el escenario planteado por Tobares y añadió: “Está un poco tranquilo el mercado del tetra; como hubo que ajustar los pisos, las ventas cayeron 15%. Nosotros ajustamos nuestros precios entre 10% al 18% de manera gradual, al igual que lo hicieron nuestros competidores. Esperamos que mejore para el resto del año, pero hay que tener en cuenta que históricamente los años en que el vino sube de precio el consumo cae, es inevitable”.
Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, en 2015 el 42% de los vinos que se despacharon al mercado interno fueron en envase multilaminado, lo que significa unos 425 millones de litros. Mientras que los vinos en botella concentraron unos 559 millones de litros.
Sobre el sector del tetra en general, Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, sostuvo que “la mayoría de nuestros socios que están en este negocio está preocupado por el impacto del incremento de precios, que se ve en muchos productos, no solo en el tetra, y cómo afectará las ventas. En líneas generales, el aumento de precios es muy probable que afecte el consumo, y con ello las ventas”.
Las perspectivas
Con la cosecha más baja de la década, que hasta el momento arroja 17 millones de quintales de uva en todo el país de los cuales se han elaborado 767 millones de litros de vino y 301 millones de litros de mosto, el precio del vino en el mercado de traslado se ha tonificado, tras cuatro años de estancamiento.
“El tetra viene con caídas graves, ahí el consumidor se va a otras bebidas. La verdad es que hoy, como va el año y en función de cómo está la situación macro, no veo que en 2016 se pueda recuperar consumo. Nosotros vemos lo que sucede en los ciclos económicos del vino: cuando se recupera significativamente el precio en el mercado de traslado, el consumo cae en el orden del 6 y el 8. Ojalá me equivoque, pero en los ciclos que hemos estudiado ha ocurrido esta situación”, dijo Tobares.
Un negocio concentrado
El negocio del tetra es de volumen y eficiencia, por lo que en Argentina está concentrado en tres grandes jugadores: Fecovita, Peñaflor y RPB.
En este sentido, según destaca un informe de Coviar, existe una relación entre el precio del vino de traslado tinto con respecto al precio del vino al consumidor final en tetra brik tinto. El estudio señala que la relación fue aproximadamente estable (cerca del 30% con picos en 2010/2011 de 35% a 40%) hasta 2010, mientras que a partir de 2011 la relación cae y a comienzos de 2015 está en el orden del 20%.
“En otras palabras, este comportamiento muestra que se rompió la correlación entre precios: cuando el precio del bien final subió el precio del vino de traslado cayó, contrario a lo que se esperaba. A partir de lo desarrollado previamente, podemos inferir que, desde 2011, la demanda de traslado ha disminuido, ya que los fraccionadores ‘netos’, o una parte de ellos, han mantenido existencias por encima de lo normal o de seguridad y han podido autoabastecerse. Esta menor demanda de traslado ha contribuido a romper la correlación de los precios”, destaca el informe.
