in dudas, la inflación muerde fuerte los bolsillos de los consumidores y con ello la pérdida de poder adquisitivo real se traduce en ajustes, reacomodamiento y recortes de presupuestos. La industria vitivinícola como categoría no escapa a las generales de la ley y con la mitad del año terminada, nuevos datos de consumo en supermercados indican que las ventas de vino por debajo de $ 40 muestran una tendencia negativa, la cual, aun con mejores valores durante la segunda parte del año, no se podría revertir.
Datos de CCR confirman que en el acumulado enero - mayo las ventas de vinos en supermercados de todo el país, aglutinaron una caída general del 6,9%. El dato más alarmante es que los segmentos con mayor volumen de venta (hasta $ 40), que representan el 72,5% de la comercialización en estas superficies, mostró una merma importante en todos los rangos de precio.
Así, los vinos correspondientes a los segmentos: “primer precio”, que logran un valor promedio de $ 15,96 la botella, cayeron 6,5%; el segmento “bajo”, con precio promedio de $ 16,55, tuvo una retracción de 19,6%; “medio bajo” ($ 23,26) mostró una contracción del 11,7%, la comercialización del segmento “medio” ($ 30,07) cayó 4,5% y la de “medio alto” ($ 41,81) bajó 3%.
“Estos segmentos representan el 72,5% de la comercialización en volumen de la venta de vinos en supermercados y están teniendo un registro negativo. La verdad es que esta no es una tendencia de este este año, sino que la hemos venido notando en los últimos períodos: la venta en los segmentos de precios más bajos en supermercados cae”, dice Daniel Rodríguez Cetrán de CCR.
Para el ejecutivo de la consultora, la categoría tiende a generar más negocios en los vinos de rangos altos. “El segmento alto y premium crece, los consumidores eligen vinos más caros a la hora de comprar este tipo de productos”. Sin embargo, admitió que no compensa el volumen perdido en los primeros espacios de comercialización.
El negocio desde adentro
En el mercado interno se comercializa más del 75% de los vinos que se producen en el país, por lo que una caída en el consumo preocupa fuerte a toda a la industria. Datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura indican que para el mismo período analizado, los despachos cayeron 5,49%. Desde las bodegas ya se encienden algunas luces amarillas, aunque esperan un mejor desempeño para el segundo período del año.
“Realmente el panorama para el segundo semestre, en término de venta en volumen, lo vemos muy conservador; es más, creo que va ha estar planchado. En particular, nosotros tenemos esperanzas con algunos esfuerzos que estamos haciendo para desarrollar otros canales que no sean supermercados, pero por ahora somos conservadores en los pronósticos”, dijo Rafael Squassini, gerente comercial de Bodega Dante Robino.
Squassini señaló que uno de los puntos más preocupantes a la hora de vender este año es analizar cuánto más puede soportar el consumidor en términos de aumentos sin prescindir del producto. En este sentido, sostuvo que “no hemos podido trasladar linealmente los aumentos en los costos en aumentos en góndola y todo ese esfuerzo lo hemos hecho rescindiendo puntos de rentabilidad. No obstante, creo que el segmento medio se va a mantener, estimo que se va a empezar a sufrir una retracción en los rangos de precios bajos y en los altos”.
Para Ana Amitrano, gerente comercial de Bodega Zuccardi, los primeros cuatro meses del año fueron duros y mostraron una caída fuerte en las ventas acorde con los informes de CCR.
"Sin embargo a partir de mayo y con más énfasis en junio, la caída se detuvo. Esperamos que julio sea un mes de meseta en la caída para de ahí comenzar a crecer de nuevo", dijo Amitrano, quien aseguró que lo perdido entre enero y abril no será sencillo de recuperar.
Aun cuando es optimista sobre la recuperación del consumo, la gerente de Zuccardi estima que el deterioro de las ventas en todos los vinos menores a $ 40 se va a mantener durante el resto del año.
“Una categoría que crece es la que se encuentra por encima de $ 80, por supuesto que no se puede comparar en volumen con otros segmentos, pero es muy importante cómo están creciendo estos rangos de precio en el mercado interno”, señaló Amitrano.
Por su parte, Tomás Barilatti, director Comercial de Bodega Séptima, afirmó que la caída en los productos por debajo de $ 40 es una realidad en el mercado interno.
“En nuestro caso vemos que en el último semestre hemos tenido mayor crecimiento en el portfolio de productos premium, que son los que en góndola se venden por encima de $ 75, un negocio que hemos tratado de promover en el año móvil. La estrategia de la compañía es cuidar la contribución del negocio, tenemos aumentos de costos y hoy todos nuestros esfuerzos están puestos allí”, dijo Barilatti.
Para el ejecutivo de Séptima, una de las razones por las que el consumo en el mercado interno está en esta situación es consecuencia de la recesión que atraviesa hoy el país.
“En la actualidad, el consumidor está empezando a recortar gastos en su presupuesto y entiendo que arrancan por lo prescindible, por los lujos, y el vino ha entrado en ese espacio, por eso la caída del volumen”, describió Barilatti.
Lo que resta del año
Desde la consultora CCR, aseguraron que las expectativas para el próximo semestre, aun con mejoras en la comercialización, no lograrían equiparar la pérdida registrada en el primer tramo del año. “Las expectativas, en líneas generales, con respecto al consumo de vino es que el segundo semestre sea un poco mejor que este semestre. Si uno analiza el comportamiento del segundo semestre en los últimos tres años siempre en la segunda mitad la performance del producto mejora”, dijo el analista.
Para Rodríguez Cetrán, el consumo en general este 2014 está mostrando una caída. “El consumo en supermercados para enero - mayo tuvo una retracción del 1% para una canasta de 140 ítems, pero el consumo de vinos en ese mismo período cayó 6,9%. Es mayor la caída de la categoría que la del consumo general. No obstante, interpreto una expectativa de mejorar para lo que resta del año, lo que no revertiría la caída”.
La guerra que nunca termina
La pelea data de las primeras décadas del siglo XX y en los primeros 13 años del siglo XXI sigue tan vigente con siempre. La cerveza y el vino parecen estar paradas en veredas opuestas. Así, mientras el consumo de uno aumenta, el de la otra cae, y viceversa. Entre enero y mayo de 2014 la venta en volumen de cervezas en supermercados en Argentina creció 13%, mientras que la de vinos cayó 6,9%, según reporta CCR.
El gusto del consumidor argentino está cambiando. Datos de la consultora abeceb.com indicaron que el consumo de cerveza per cápita en Argentina ha tenido un crecimiento no menos que interesante. Así en 2003 se consumía un promedio de 35 litros por persona por año, en 2008 lograron los 45 litros por persona por año y en 2013 se ubicó en 41,7 litros bebidos per cápita. Mientras que en ese mismo año de vinos sólo se consumieron 25,5 litros en promedio por cada habitante del país, una cifra superior a la registrada en 2012, que muestra un freno en la caída.
“La venta de cervezas y aperitivos aumenta en los supermercados. Principalmente podemos hablar del fernet, que es una categoría que creció 4,7% entre enero - mayo. Creo que uno de los factores que influye en esa decisión de compra es el rendimiento que tiene la bebida cortada con alguna gaseosa”, sostuvo Rodríguez Cetrán.
