Después de abrir la temporada 2018 del Teatro del Bicentenario de San Juan, la compañía Cadabra llega a la provincia en única presentación con su última obra, "Lo que tenía que ser".
Antes de la función, la reconocida coreógrafa y bailarina Anabella Tuliano -directora del grupo de danza-, charló con Estilo sobre algunas características de esta creación y recalcó la gran particularidad de la obra. "Es la primera vez que Cadabra tiene un elemento sobre el escenario: un cubo".
–¿Por qué cambiar después de siete años?
–Siempre nos caracterizamos por presentar una puesta minimalista. Esta vez, decidimos incluir este elemento porque es una metáfora en sí misma.
Es un cubo de luz que lo que persigue es desvencijar las sombras que encontramos en el camino. Pero también busca abrir el pecho con coraje, capitanear el destino y deshacerse en otros brazos. Y es allí donde uno llega a ese punto de la vida “que tiene que ser”.
–¿Qué distingue a esta obra de las demás?
–Todos los trabajos están conectados por una línea imaginaria que genera una unión. Y “Lo que tenía que ser” muestra dónde está parada la compañía en este momento. Surge en un momento muy especial e implica un lenguaje muy fuerte que hoy lo identifica.
El plano musical es uno de los tantos puntos altos de la obra. Con creaciones originales de Emiliano Nahuel Torti y piezas del pianista y compositor alemán Max Ritcher, la danza abraza un espectáculo que cuenta con un invitado especial: el violín de Mariela Trinchero.
Siete años de trabajo independiente
Como los grandes sucesos de la vida, la compañía empezó como un sueño: “Era algo utópico. No implicó sufrimiento, pero sí mucho trabajo. Con la llegada de las personas indicadas se logró ese engranaje que posibilitó la formación de un grupo profesional”.
“Todos trabajamos con el corazón y apostamos a este proyecto. Y hoy se puede decir que las cosas empiezan a dar su fruto. Y es lo que significa "Lo que tenía que ser”, explica la directora.
–Y ahora, ¿qué sueño persigue la compañía?
–Buscamos llevar nuestro trabajo y lenguaje a todos los lugares que podamos. Para lograr un feedback de cooperación entre nosotros y la gente y conseguir el apretón de manos con el público. Un artista busca conmover de alguna manera, ese es el fin último que te genera felicidad. Después de ver una obra o concurrir a una clase, lo que buscamos es que la persona sea diferente en algo. Que algo la haya incentivado.
–¿Hay algo que diferencia a Cadabra del resto de las compañías?
–Su identidad: una suma de individualidades que compone el todo. Allí reside la fuerza de la compañía, porque todos tenemos características diferentes que enriquecen todo el ámbito en el que trabajamos. Además, el lenguaje característico que nos permite expresar cómo sentimos y entendemos el movimiento.
–¿La danza contemporánea es algo que requiere innovación constante?
–Todo lo que suponga un reto hace que uno se ponga en movimiento. Innovar tiene que ver con crear diferentes formas y puntos de vista. Todo artista siempre está inventando y perfeccionando.
–Como docente, ¿qué creés que te parece no le puede faltar a un bailarín?
–Creo mucho en la técnica, para mí es algo fundamental. Hay una bolsita de recursos que cada uno de los bailarines lleva y que los acompaña toda la vida. De acuerdo a la propuesta va sacando lo que necesita. Por eso, mientras más material posea, más libre es. El profesionalismo también es importante y va de la mano de la responsabilidad. Pero sin pasión ni amor por el trabajo, no hay nada.
–¿Están todos al mismo nivel?
–Exacto. No se puede bailar separando una cosa de la otra. Y la actitud también es importante. Por eso, a mis alumnos siempre les digo: “80 por ciento de actitud, el resto se consigue con trabajo”.
–¿Hay alguna figura que orientó tu camino como directora?
–En este momento no puedo nombrar a nadie específico. Admiro a mucha gente cuya manera de trabajar, sus ideas y la forma de ver estéticamente las cosas fueron fundamentales para que se dispare mi cabeza hacia este lugar. Uno llega a un momento en donde es un todo de experiencias: va aprendiendo con el tiempo para ser un poco más profesional. Sin embargo, conservar la calidad humana y el respeto por el otro es lo que importa, todo lo demás mejora con el tiempo.
La ficha
Lo que tenía que ser
Fecha y hora: hoy a las 21.
Lugar: teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz).
Entrada: $ 200.