Nunca le alcanza. No basta con lapsos de buen juego. Siempre tiene un pero. Anoche, además de la derrota 1-2 ante Santamarina, volvió a vivir una noche violenta con hinchas metiéndose al campo de juego y enfrentamientos con la Policía. Así, con estos ingredientes, el ascenso comienza a ser una utopía.
El arranque del local en el juego tuvo control de pelota, con Rearte enchufado, dándole más conducción al equipo que el propio Pérez, desdibujado sobre la derecha, aunque sin precisión en los metros finales.
La zaga central visitante controló muy bien a Palote Vega y Castorino casi nunca logró romper en el mano a mano. Claro que Santamarina tampoco tuvo claridad para llegar a los metros finales con la pelota dominada.
Lo mejor del elenco de Bottella fueron sus remates de media distancia. Ese disparo que reventó el ángulo izquierdo local, sobre los 29’, de González, sacudió la modorra y anunció lo que llegaría unos minutos después.
A esa altura del juego, Independiente Rivadavia ya no era dueño del juego ni los tiempos del encuentro y su rival aprovechó la ocasión. Sobre la derecha, donde Santamarina entendió que estaba el lado débil del local, se dieron las mejores situaciones.
Sin embargo, el gol llegó desde el otro sector. Alba llegó al fondo y lanzó un centro que recorrió toda el área y encontró a Strada por el segundo palo para convertir. Fue un sacudón del que le costó salir. Porque hasta ese momento sólo había lanzado centros buscando el cabezazo de Palote y ahora debía hacerse del balón para intentar otros modos.
Hubo que esperar hasta el complemento para ver una reacción. La charla del cuerpo técnico en el camarín despertó a varios y el juego fue otro. Velázquez (recién ingresado) contagió a sus compañeros con ese tanto antes del minuto de juego (gran acción colectiva) y fue a buscar el triunfo. Y aparecieron las chances e Independiente fue otro.
Olivero se lució ahogando el segundo tanto y Santamarina tenía una vida más, que aprovechó sobre los 21’, con un remate de González que fue a besar la red.
Otra vez a remar desde atrás. Pudo ser de Velázquez, pero esta vez el remate se fue apenas ancho. Y aparecieron los violentos de siempre, los que no entienden de que va la cosa y todo se deformó.
Porque Independiente, con la continuidad del juego, ya no volvió a meterse en el juego y terminó dejando pasar ¿su última chance? de prenderse en la pelea por el ascenso.
Ante Crucero, el miércoles por la noche
Semana súper corta tendrá el equipo dirigido por Daniel Garnero. Es que el próximo compromiso del Azul está previsto para el miércoles 5 de noviembre a las 21.30. Ese día la Lepra se medirá ante Crucero del Norte, en Misiones.
Es por ello que el plantel no tendrá descanso y hoy ya se moverá, de manera liviana, y está previsto que el martes por la mañana el equipo viaje rumbo a misiones donde estará arribando a las 20 de ese mismo día.
Pero tras el juego contra los misioneros tampoco puede perder tiempo ya que el domingo 9 de noviembre la Lepra recibirá al líder de la zona 2, Unión de Santa Fe.