Según el Instituto Nacional del Cáncer esta afección sólo se encuentra después del cáncer de pulmón y mama entre los de mayor índice de mortalidad en nuestro país. Cada año se presentan 13.500 nuevos casos de los cuales más del 50 por ciento no logra sobreponerse (alrededor de 7.000 muertes anuales).
Si bien en su mayoría los pacientes superan los 50 años algunos países (Estados Unidos y México) ya comienzan a advertir sobre significativos aumentos en las tasas de pacientes diagnosticados en edades menores a los 30 años.
Estas alertas exigen poner el foco en dos aspectos: el control médico frecuente en jóvenes con antecedentes propios o familiares y la mejora en diversos hábitos de vida que tienen una influencia directa en el desarrollo de este tipo de afección (actividad física, dieta, tabaquismo).