Ver una serie o película donde uno quiere, cuando uno quiere y sin tener que estar acomodando la agenda ni aguardando la tanda para ir al baño, empezar a preparar la comida o retomar la rutina.
Ni hablar de la posibilidad de verla una y todas las veces que creamos necesario, o de sacarnos las ganas viendo 3 temporadas seguidas sin tener que esperar que se alineen los planetas y el canal en cuestión lo disponga, y al mismo tiempo coincida la emisión con nuestra disponibilidad.
Los servicios de TV on demand (televisión a demanda) le están quitando espectadores a la “caja boba”, tanto que cada vez son más los que deciden renunciar al servicio de cable o televisión satelital para abocarse de lleno a ver TV por internet.
De hecho, según un estudio de la consultora Carrier y Asociados, los smart TV (televisores con conexión a internet) ocupan el tercer lugar en la lista de dispositivos conectados en los hogares argentinos, detrás de las PC y los smartphones.
“De cable estaba pagando 700 pesos, mientras que con Netflix el costo es de 130 pesos por mes. Por eso renuncié. Incluso los mismos canales -de aire y no- tienen sus sitios o aplicaciones para poder ver la programación desde cualquier dispositivo”, contó Javier (37), un godoicruceño que hace poco decidió darse de baja en el cable.
Hasta las principales cadenas de televisación deportiva ofrecen la posibilidad de ver partidos -incluso de forma exclusiva- por el servicio on demand. "El fenómeno surge de la mano de internet y la banda ancha. Por medio del streaming, permite transmitir videos e internet trae una disociación de contenido y red, porque ya no se necesita tener cable para ver televisión", destacó el especialista Enrique Carrier a Los Andes.
Y agregó: “El segundo fenómeno que se da es en la influencia de los hábitos de consumo. En internet, al ser ‘a demanda’, el usuario ve lo que quiere y cuando quiere. Con el cable están los contenidos a una hora específica. Estas son las cosas que generan un gran atractivo a la hora de consumir videos por internet, que ofrece más y diferentes contenidos en comparación con el cable”.
La PC y la televisión -ya sea un smart TV u otro sistema- son hoy los dispositivos más usados para ver videos desde internet. En tanto, la principal razón por la que la gente prefiere acceder a contenidos audiovisuales on line es la posibilidad de ver temporadas completas de series, según el estudio.
Cable en baja
Carrier destacó que la tendencia de dejar el cable y pasarse al OTT (Over The Top, servicio de video que llega al televisor a través de internet) se da a nivel mundial, un fenómeno bautizado como cord-cutting (corte de cable)).
“Hay dos grupos: por un lado está el cord-cutter, que es el que tiene o tenía cable y decide darlo de baja porque se pasa a internet; y están los más jóvenes, que se denominan cord-never y que son aquellos que directamente nunca tuvieron cable. Muchos de ellos se criaron en la casa de los padres, donde tenían este servicio, pero cuando se van a vivir solos no contratan ni TV por cable ni teléfono. La prioridad para ellos es la banda ancha”, explicó el experto.
“Conservo el cable, más que nada por los partidos de fútbol, y consumo Netflix o páginas de internet que albergan películas o series. Esto último es más cómodo y más barato que ir al cine, por ejemplo, aunque a veces uno sigue yendo porque no es exactamente lo mismo. Pero imaginate que Netflix sale 130 por mes, lo mismo que una entrada al cine y mucho más barato que el cable, incluso sin abono full”, destacó Alejandro (34), otro mendocino que elige ver TV por internet.
Ariel (62) compró recientemente un smart TV y, si bien no tiene pensado renunciar al cable, cada vez le dedica menos tiempo. “Soy un poco adicto al zapping y a eso se le suma que veo noticiarios y partidos de fútbol. Pero los fines de semana vemos películas en Pelispedia”, un sitio “pirata” nuevo de cine on line.
Además de los servicios OTT pagos (como Netflix y OnVideo), están los sitios como el citado Pelispedia o Youtube, que permiten ver videos, documentales y hasta películas de forma gratuita. “Se observa que mucha gente no entra a sitios específicos para ver una serie o película (aquí no se incluye a los usuarios de Netflix, por ejemplo), sino que directamente ponen en Google ‘Games of Thrones’ -por ejemplo- y ahí van viendo cuál es la que tiene mejor calidad”, ejemplificó Carrier.
Mariana (25) está a punto de mudarse y, a diferencia del departamento que deja a fin de mes, el flamante no tiene cable ni Direct TV. Y tampoco está en sus planes contratarlo.
“Estoy afuera casi todo el día trabajando, por lo que las noticias las voy siguiendo por internet. Y para ver series, películas o novelas voy a aprovechar la notebook. Si hasta los canales tradicionales brindan la posibilidad de verlos on line”, acotó, agregando que si bien no tiene un TV inteligente, usa el cable HDMI que conecta el televisor a la computadora.
“Argentina ha sido desde el principio uno de los países pioneros y con mayor proporción de población que cuenta con TV paga en sus hogares (80%), por lo que es también donde más se siente el cord-cutting”, siguió Carrier.
Destacó, además, que la capacidad de la banda ancha ha evolucionado en Argentina, aunque debe seguir mejorando y distribuirse de forma más equitativa: “El promedio es de 3 megas, pero es dispar entre las localidades chicas y las grandes ciudades. En Buenos Aires, por ejemplo, hay zonas con 6 megas. Y en el resto del país hay localidades con menos de 3. Es necesario que la banda ancha mejore para acompañar este auge de la TV on demand”.