Mientras los presidentes Barack Obama y Vladimir Putin intentaban reducir sus diferencias sobre la intervención en Siria en la reunión del G-20 en San Petersburgo, el gobierno ruso continúa enviando naves de guerra a la zona del conflicto.
El buque de transporte "Nikolai Filchenkov" de la flota del Mar Negro viaja rumbo al Mediterráneo y se apostará cerca de las costas sirias. Salió del puerto de Sebastopol en la península ucraniana de Crimea. De acuerdo a una fuente de la agencia AFP, el barco hará una escala en el puerto de Novorosíisk, "donde embarcará un cargamento especial".
El buque de 113 metros de eslora tiene capacidad para 300 infantes de marina y 20 tanques. Pero se cree que ahora podría ser utilizado para evacuar a ciudadanos rusos en caso de conflicto.
Esta misma semana la Armada rusa había dicho que sus buques que navegan en el Mediterráneo Oriental están capacitados para "influir en la situación militar en la zona".
También se supo que en las últimas horas el acorazado equipado con misiles "Moskvá", el buque insignia de la flota rusa del Mar Negro, tomó rumbo al estrecho de Gibraltar para entrar en el Mediterráneo y asumir el liderazgo de toda la flota rusa. También estarían rumbo a la zona el destructor "Nastóichivy" y la fragata "Smietlivi". Ya está allí el buque de reconocimiento "Priazóvie", capaz de interceptar todas las comunicaciones militares que se producen.
Rusia cuenta en las costas sirias con su única base naval fuera de su territorio, la de Tartús, que se levanta en el sitio de una muy antigua ciudad fenicia. La base militar fue construida durante la Guerra Fría y contiene a más de 600 personas entre militares y sus familias.
En tanto, la otra fuerza naval, la estadounidense, sigue haciendo ejercicios militares en la misma zona y fuerzas de inteligencia mencionadas en la prensa estadounidense aseguran que están ampliando los objetivos que en principio habían marcado para bombardear dentro del territorio sirio si es que, finalmente, el Congreso estadounidense aprueba la propuesta de Obama.
A los cuatro cruceros que están estacionados frente a las costas sirias y que podrían lanzar hasta 50 o 60 misiles "Tomahawks" cada uno, ahora se le sumaron los aviones bombarderos B-52 y B-1, con capacidad de lanzar misiles de largo alcance aire-tierra, y los poderosísimos B-2 que pueden llegar desde su base en Missouri y lanzar bombas guiadas por satélites.
Todo esto ya está trayendo consecuencias para los intereses estadounidenses en la zona. Ayer a la mañana fue evacuada su embajada en Beirut de todo el personal no indispensable "debido a amenazas contra sus instalaciones y contra el personal". La noticia la hizo saber la misma sede diplomática, en un "mensaje de seguridad" dirigido a los ciudadanos estadounidenses, en el que explica también que el Departamento de Estado "insta a los ciudadanos estadounidenses a evitar cualquier viaje al Líbano por las actuales preocupaciones en torno a la seguridad".