Cuánta decepción debe haber en esos chicos que durante toda la semana tuvieron que hacer largas colas para poder cumplir con su afiliación a la Liga Mendocina de Fútbol. Cuando todo parecía estar en condiciones para que comenzarán a competir, la lluvia les quitó, una semana más, la ilusión que tantas veces han postergado los dirigentes.
Familias enteras prácticamente acampan durante días para cumplir con el trámite. Nadie se ocupa de solucionar el problema, ni los dirigentes de la entidad de calle Garibaldi, ni las autoridades provinciales. Debe ser en lo único que se han puesto de acuerdo ambos por estos tiempos.
Es que mientras desde la Subsecretaría está semana se puso el ojo en cerrar la llegada de la Selección argentina de fútbol al Estadio Malvinas Argentinas -arribo que finalmente se concretará el 1 de setiembre en su partido frente a Uruguay por las Eliminatorias mundialistas-, los dirigentes de la Liga tuvieron que tomar la decisión de arrancar el certamen vernáculo sin tener respuestas del pedido realizado.
El tema que más preocupa sigue siendo la seguridad, ítem que se lleva una gran parte de los 4.500 pesos que les sale a los clubes abrir la cancha, con la agravante de que deben hacerlo en horarios poco habituales y nada cómodos (martes o miércoles por la tarde) para que la gente vaya a ver el espectáculo.
Esto llevó a que se abriera un frente de conflicto importante. La Liga decidió que las inferiores se jueguen sin presencia policial. Se reduce así los gastos para las instituciones, pero los árbitros que están nucleados en Acama (Asociación Civil de Arbitros Mendocinos Asociados) liderada por Roberto Reta, se negaron a trabajar en esas condiciones y rechazó el aumento propuesto por los dirigentes.
Consecuente con los tiempos que corre, a la Liga no le tembló el pulso y rescindió los contratos de los jueces afiliados a esa asociación. Los correos electrónicos comenzaron a llegar a los árbitros que se sorprendieron por la falta de interés de la Liga en negociar.
Sería bueno que de una vez por todas, se trabaje con sinergia y en pos del bien del deporte de base, porque apoyar a las instituciones es apoyar el desarrollo de los más jóvenes y con ello se ahorra en salud, educación, seguridad.
La Confederación Mendocina de Deportes (Comede) se sigue quejando por no ser escuchada y sus referentes se mostraron sorprendidos porque desde la Universidad Nacional de Cuyo se ha puesto un freno al trabajo que venían realizando en conjunto para capacitar a los dirigentes. Cómo así también está detenido en la Legislatura el proyecto de declarar el 30 de abril como el Día del Dirigente Deportivo. Según se pudo averiguar, todo tendría que ver con el oficialismo.
Desde el Centro Deportivo Rivadavia, cuyo equipo de basquetbol está como el mejor del país en el torneo Federal C, esperan que se destrabe un subsidio que viene del año pasado y que es necesario para que el plantel pueda terminar su participación en el torneo. Al expediente le falta, según dicen, la firma del ex ministro de Deportes, Marcelo Locamuz, a quien nadie encuentra y, según algunos allegados, es que se habría ido a vivir a otra provincia tras su salida de la función pública.
Por otro lado, es muy positivo el balance de gestión de varias municipalidades a poco de cien días del inicio de su función. Hoy son las que han tomado la posta de la difusión de las actividades deportivas en sus niveles formativos y amateurs. La práctica deportiva genuina es la tan mentada inversión de la que tanto se habla (en los discursos de funcionarios y dirigentes) y a la que hay que defender.
Porque el profesionalismo es otra cosa y allí sí, quienes cobran una entrada -que suele ser bastante onerosa-, tendrán que manejarse con un presupuesto acorde a sus ingresos. Y sino lo hacen, en forma madura, que afronten las consecuencias.
Godoy Cruz es un ejemplo de una administración excelente. Esta semana se conoció que el balance arroja un superávit de 25 millones de pesos. Justo en el momento en el que desde la AFA se intenta despegarse del gobierno y así que sus dirigentes no queden expuestos al tener que dar explicaciones de que hicieron con el dinero de Fútbol para Todos.
Si no nos sinceramos desde todas las partes, el deporte sigue siendo la víctima y con él, los deportistas, muchos de ellos jóvenes plagados de ilusiones.
