Cada cual atienda su grieta - Por José Luis Toso

las denuncias contra funcionarios mostraron distintas decisiones sobre los mismos por parte de Macri y Cornejo. Estilos de gestión.

Cada cual atienda su grieta - Por José Luis Toso
Cada cual atienda su grieta - Por José Luis Toso

Con diferentes estilos, el presidente Macri y el gobernador Cornejo enfrentan los problemas cuando, puertas adentro de la gestión, se producen diferencias o rupturas entre los integrantes del equipo o alguno de éstos es golpeado por una denuncia comprometedora.

Es lo que pasó en la semana. El Presidente reconoció ante los periodistas que hay internas en su propio gobierno y explicó que la reunión en Chapadmalal tenía la intención, entre otros aspectos, de limar esas diferencias, “que no pueden existir porque hay mucha gente angustiada que espera que lleguen soluciones”. No obstante, Macri le puso una buena nota a la gestión en conjunto de sus colaboradores.

Del lado de Cornejo, en cambio, es muy extraño que salgan a la luz desinteligencias entre ministros o funcionarios en general. Su equipo ministerial, de perfil bajo, es intérprete y ejecutor de directivas. La premisa se hace extensiva a otros ámbitos de poder o a reparticiones no centralizadas.

Difícilmente alguien haga sentir en público un punto de vista diferente al del titular del Ejecutivo. Tal vez el proceso hacia las candidaturas para 2019 pueda hacer surgir alguna disidencia interna, que tendrá más o menos incidencia de acuerdo con el porte político de quien se anime a lanzarse a la arena sin un guiño previo de Cornejo.

Macri decidió que los colaboradores que quedaron inmersos en denuncias de anormalidades o investigaciones judiciales tengan "apego a la transparencia". Que suministren toda la información necesaria para que se investiguen sus conductas. Mientras ello ocurra y no haya determinación judicial, cada uno seguirá en su cargo.
Cornejo, en cambio, tuvo que decidir en la semana (estuvo en misión oficial en Colombia junto a colaboradores) sobre un funcionario de Irrigación sospechado de irregularidades relacionadas a un programa nacional de servicios.

Si bien la separación del cargo del funcionario fue dispuesta por el titular de Irrigación, teniendo en cuenta el vínculo político existente entre Marinelli y el Gobernador, hay quienes aseguran que el desplazamiento del funcionario fue por disposición de Cornejo. La derivación a otra función obedece a que el profesional investigado es personal de planta de la repartición de administración del recurso hídrico. Una actitud totalmente diferente a la de Macri con sus funcionarios también sospechados.

La tajante decisión de Cornejo tiene antecedentes en casos puntuales de funcionarios de este mismo gobierno. La separación de la función es el procedimiento mientras se investigan los alcances de la denuncia. Una suerte de acción preventiva pero que algunas veces deja la imagen general de cosa juzgada.

Salvando las distancias con una administración nacional con muchos inconvenientes para encauzar la economía y evitar el desgaste de imagen que generan acciones tal vez necesarias pero mal manejadas en algunos casos, en el plano provincial a Cornejo le ha servido mucho hasta ahora su estilo de celoso custodio de la gestión.

En ese marco se incluye la pulseada con los gremios estatales, que sólo por ahora tiene alguna resistencia en el marco de la paritaria docente, y su cuerpo a cuerpo con la Justicia, que, como ya se ha dicho, no genera los resultados inmediatos que hubiese deseado el Gobernador, pero constituye una disputa a la que de ningún modo ha renunciado por anticipado Cornejo.

Con los demás sectores políticos el Gobierno no mostró hasta ahora una pronunciada grieta. Más bien Cornejo ha sabido moverse aprovechando las desinteligencias y diferencias del resto, en especial del peronismo, la mayor fuerza política opositora.

Finalmente, tanto en Diputados como en el Senado el cornejismo debió recurrir en la semana a su número de legisladores para superar la negativa unánime del PJ al Consenso Fiscal suscripto por el Gobernador con la Nación en noviembre. Una actitud del peronismo que se sumó al documento emitido anteriormente para expresar su unánime rechazo a la propuesta de ampliación de la Corte.

Están quienes consideran que detrás de la unidad mostrada en el recinto legislativo, en el justicialismo están ocultas las diferencias gruesas existentes internamente, que muchos no quieren que sigan trascendiendo.

Por lo tanto encuentran en el no a las propuestas de Cornejo un argumento para poner de manifiesto actitudes uniformes que comienzan y terminan en el ámbito parlamentario. Puertas afuera, salen a la luz las diferencias que llevan al principal partido de la oposición a ser una estructura inmensa sin un rumbo determinado.

Posiblemente desde mayo, cuando asuman los electos el año pasado, encuentre el oficialismo la posibilidad de acercarse a una oposición racional con la que pueda buscar consensos básicos para temas prioritarios para la gestión de Cornejo, como el de la ampliación de la Corte, que, como ya señalábamos en una columna anterior, el Gobernador prefiere dejar pendiente de discusión hasta que se adviertan ciertas posibilidades de debate.

Hay que tener en cuenta que la próxima conformación legislativa incluirá a senadores y diputados del Partido Intransigente (3 en cada cámara), el rótulo que rescataron los abogados de Protectora para su proyección al plano político. Bancas que pueden ser gravitantes a la hora de discutir y consensuar propuestas promovidas por el Ejecutivo, con más razón si el cornejismo abre la puerta a la búsqueda de dichos consensos.

Suele acusarse al oficialismo, en especial al Gobernador, de no abrir mucho la puerta a las propuestas provenientes de otras corrientes partidarias. Habrá que ver qué escenario encuentra en los próximos meses el cornejismo.

En estos dos años, por lo general el justicialismo ha oscilado entre la resignación a ser una oposición golpeada, tras años de duras derrotas electorales, o la que rechaza la mayor parte de las propuestas del Gobierno.

Si no encuentra liderazgos y un sendero claro para avanzar, posiblemente termine presenciando otros escenarios. Es por ello que tanto desde el Gobierno como desde el PJ se mira con interés la representación de terceras fuerzas que comenzarán a “cotizar” a la hora de discutir propuestas y pensar cómo votar desde las bancas.

Un estilo para cada grieta. Aunque por lo que hemos visto, Cornejo puede tener más de una. A nivel de gobierno, él mismo se encarga de que se mantenga cerrada. Y la que lo diferencia con la oposición, especialmente la justicialista, hasta ahora no le ha generado mayores sobresaltos por las apuntadas diferencias internas del peronismo.

Estilos de gestión que le dicen. Y el escenario lo suficientemente oscuro como para que a la administración provincial le alcance para sobresalir con su prolija administración y la imagen de firmeza que a nivel ciudadano irradia Cornejo.

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