La gran cantidad de vehículos que conforman el parque automotor de San Rafael y la falta de semáforos en algunas esquinas, complica el tránsito, en especial en horarios pico.
A esto se suman automóviles estacionados en doble fila, ciclistas que van de a dos o tres, peatones que cruzan a mitad de cuadra, lo que hace de algunas arterias una encrucijada difícil de sortear.
Sólo basta recorrer un poco la ciudad para encontrarse con algunas de estas situaciones. Un ejemplo claro es la intersección de Tirasso y Zapata, donde al cruce de por sí complicado por la gran afluencia de vehículos en forma permanente y sin semáforos, se agrega en estos últimos días el hormigonado en media calzada que hasta ahora era de tierra.
"Casi todas las semanas hay accidentes; en esa esquina o en Luzuriaga y Tirasso (a una cuadra de la otra), porque con el arreglo los autos desvían por ahí", señaló preocupado Alberto, vecino de la zona. "Los autos pasan muy rápido, en especial por Tirasso, y no disminuyen la velocidad aunque enfrente hay una escuela secundaria y todo el día entran y salen chicos", agregó.
Como en esta esquina, en Deán Funes y Sarmiento el cruce sin un semáforo se transforma en una odisea. Los vehículos a alta velocidad más de una vez terminan en el canal de riego de la vereda este.
Del mismo modo, otro cruce conflictivo se encuentra en Rivadavia y Rawson, donde a diario hay inconvenientes con el paso y el exceso de velocidad; a pocas cuadras se repite la situación en Rivadavia y Espejo, todas esquinas sin equipos semafóricos.
Embotellamientos, bocinazos, gente tratando de cruzar entre los autos son ya moneda corriente en el centro. Las obras de remodelación de la calle Chile son una traba en esos momentos en que todos están apurados y quieren llegar a tiempo a sus trabajos o a la escuela de los niños.
La estampa de autos amontonados, avanzando a paso de hombre, se ve también todos los mediodías en la rotonda de Zapata y San Martín, llegando la cola a entorpecer el tránsito de la rotonda anterior, en Zapata y Emilio Mitre.
A la gran cantidad de autos que transitan por esas arterias se agregan otros obstáculos que impiden la buena visibilidad y provocan accidentes. Es el caso de los carteles de negocios y comercios ubicados sobre las ochavas de las calles, algo prohibido por el Código de Edificación de San Rafael.
"Tendrían que hacer como se hizo en el Paseo Pellegrini, donde se sacaron todos los carteles que estaban en las veredas y encima de las acequias", comentó a Los Andes un vecino. Es que al construir ese paseo la comuna optó por proceder a limpiar de contaminación visual el lugar, no sólo quitando la cartelería existente sino colocando en forma subterránea todos los servicios, incluso el tendido eléctrico y telefónico.