Cacho Buenaventura: “Soy un negro suertudo y gracioso”

El humorista ofrecerá una función de su nuevo show, en el que combina su picardía única y cientos de anécdotas. Mañana en el teatro Mendoza.

Cacho Buenaventura: “Soy un negro suertudo y gracioso”
Cacho Buenaventura: “Soy un negro suertudo y gracioso”

"No nos permitimos un momento para reír", dice Eduardo Cacho Buenaventura con su timbre cordobés inconfundible. En tiempos donde se corta el wifi, se cae WhatsApp o Facebook y todos entran en pánico, el humorista nacido en Cruz del Eje sigue conservando el ritmo de pueblo. Ese en el que no se pierde el saludo, una sonrisa y un chascarrillo de por medio.

Porque si algo lo caracteriza a Buenaventura es su simpatía innata y su memoria inalterable, que guarda anécdotas de algún chango amigo, para luego compartirlas en el escenario.

"Estoy en contacto con la gente todo el tiempo, como arroz a domicilio (ríe). Me invitan a comer un asado y siempre alguien cuenta algo y eso a mí me sirve para crear una historia. Ellos me cuentan sus historias y tengo material para hacer los shows", confiesa el humorista que abandona Carlos Paz por un rato, para volver a nuestra provincia y presentar su último espectáculo; mañana en el teatro Mendoza.

-Después de tantos años con el humor, ¿dónde nace un nuevo espectáculo?

-Si le buscás la forma difícil se complica. Pero para mí es muy fácil, imaginate que me llamo Buenaventura y la gente me mira y se empieza a reír. Me resulta muy fácil y este “Cacho Buenvantura Show” es mi mejor versión, porque me animé a liberar ciertos tabúes, prejuicios y contárselos a la gente. A mí me habita mucha alegría, los buenos recuerdos, la vida con subidas y bajadas. Y en estos últimos tiempos decidí que tenía que sacarlos.

Cuento, por ejemplo, que la llamo a mi mujer y le digo que “la cago amando”. Y ella me responde: “¡Estás loco!”. Sí, pero tuyo. Y de ahí una persona del público me cuenta que su marido le manda por WhatsApp mensajes lindos. Y todo eso tiene una recepción maravillosa. Porque uno se va olvidando de las cosas lindas con las que crecimos. Cuento esas cosas para que las vivamos nuevamente.

Por ejemplo, hoy es el aniversario de cumpleaños de nuestra madre fallecida y decidimos con mis hermanos juntarnos a comer esta noche. Juntarnos para festejar la madre que hemos tenido. Me cansó eso de ir al cementerio y llevarle flores a un muerto. Juntémonos a celebrar el pedazo de vieja que tuvimos.

-¿Tiene alguna clave para narrar sus historias?

-Soy un gran improvisador, soy memorioso. Una memoria selectiva y cuando me acuerdo de una situación, la memoria me va tirando información. Por eso antes de subir al escenario necesito estar un ratito solo, conmigo. Para ordenarme, para bajar los decibeles, hacer ejercicios de respiración. Y pedir a Dios para que me dé inspiración, para hacer un show gracioso y que lo disfrute la gente. Además el público me pide cosas. No puedo sentarme a escribir y trabajar de memoria, porque me sacaría la gracia y picardía que tengo. Yo no soy cuentista, humorista, capocómico; aunque tengo premios por todas esas cosas (ríe). Yo soy un negro suertudo y gracioso.

-¿Qué le dio el humor además de vivir del humor?

-Me dio calidad de vida, me dio una forma de vida. Puedo vivir haciendo lo que me gusta y no me cuesta hacer. Y me completé como persona, al comienzo no lo entendía y presumía de ser conocido. Es posible que haya sido tan estúpido, pero un día me di cuenta de que soy un privilegiado y que tengo una función en esta vida. Creo que vine a ser un instrumento de la alegría de Dios. Porque si no Dios me hubiese dejado como un muchacho que trabajaba en los talleres del ferrocarril, hasta que aparecí en un escenario y no me bajé más. Y la gente me siguió eligiendo y yo seguí estudiando, leyendo.

Y la gente está esperando eso, a ver con qué salgo de nuevo. Yo sé que tengo que estar en el tiempo justo y cuento con la complicidad de los técnicos, para que me ayuden a tener la excelencia que se merece el espectáculo. Y después es fácil, pararme a hablar, la gente que me acompaña a cantar una canción y termina riéndose de algo que no imagina. Y pasan cien minutos que no pensabas tenerlos para vos. Lo importante es juntarse para estar contento y hoy la gente no tiene tiempo para estar contento.

-¿Le llama la atención el humor gráfico y los memes?

-Me gusta lo gráfico e incluso me gusta leer el diario papel más que estar con el celular. Eso me genera desgaste. Disfruto mucho del humor gráfico y el humor sin palabras. Me sorprende cómo un tipo, con un dibujo, puede decir tantas cosas y cómo me río de una cosa, y otro se ríe de otra. Es una obra de arte. Tengo poco ingreso a las redes, curioseo un poco, sigo algunas páginas. Y soy un observador.

Lamentablemente no nos permitimos un momento para reír. Yo entro al banco sonriendo. Y no voy a llevar plata, pero por qué voy a ir enojado. Me relajo. Ahora se quejan porque le cortan el gas. Yo iba a buscar leña al monte para que mi mamá prendiera el horno e hiciera un pan casero. O irme a acostar para que se secara el único pantalón que tenía. ¿Con qué me querés asustar? Estuve en terapia intensiva y me dieron la extremaunción y me despidieron. Y... ¡Acá está el negro!

Cacho Buenaventura Show

Día: Sábado 15 de junio.

Hora: a las 21. Lugar: el Teatro Mendoza (San Juan 1427, Ciudad).

Entradas: $400, $500 y $600. En boletería, Maxi Mall (San Martín y Las Heras, Ciudad) y www.1000tickets.com.ar

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