Cacheuta-Potrerillos, una larga espera

Promesas sobraron, pero la unión vial entre Cacheuta y Potrerillos por ruta 82 es una cuenta pendiente. El Gobernador acaba de anunciar que ahora sí se hará.

Cacheuta-Potrerillos, una larga espera

Ha transcurrido una década desde los primeros anuncios sobre la conexión vial entre Cacheuta y Potrerillos, a través de la ruta provincial 82, que se interrumpió por la construcción del dique. No se materializó porque faltaba un túnel y por un camino que se hizo mal, pero principalmente por lo primero. Todo indica que este año comenzará a plasmarse la prometida vinculación por carretera.

Días pasados, el Gobernador anunció la firma del contrato respectivo con la empresa ejecutora y la doble tarea de hacer un camino de caracoles de 2.315 metros (en reemplazado del ahora existente) y un túnel de 375 metros, lo más complicado del emprendimiento, que tendrá un plazo de ejecución de 24 meses y un costo de $ 387 millones.

Los términos están corriendo. La gente puede mantener su escepticismo por las postergaciones sufridas, pero es un compromiso adoptado por la actual administración, que tiene la obligación de dejar iniciada y encaminada la obra.

Cuando se encaró la construcción del dique Potrerillos, a comienzos de los '90, los dos distritos de Luján de Cuyo quedaron incomunicados al cortarse la ruta 82. La situación de aislamiento fue muy sentida por operadores turísticos, comerciantes y vecinos en general de áreas como Las Compuertas, Blanco Encalada y, por supuesto, Cacheuta, tal vez el sitio más afectado.

Desaparecieron establecimientos comerciales y durante bastante tiempo la ausencia de un nexo caminero repercutió negativamente en el área. Debe reconocerse que en la actualidad las zonas descriptas evidencian una recuperación y desarrollaron una interesante opción turística e inmobiliaria, en este último caso porque muchas familias eligieron esa parte de Luján de Cuyo o Las Heras, según la óptica sobre el conflicto de límites, para residir en forma permanente.

Pero en los primeros años de 2000 hubo resignación en los habitantes de esos lugares. Paralelamente comenzaron las promesas de llevar la vinculación terrestre de los dos distritos, a través de un camino y un túnel.

En febrero de 2005, la administración provincial de Julio César Cobos comunicó  que iba a empezar la conexión Cacheuta-dique Potrerillos, cuya posibilidad  estaba asegurada junto con otros caminos provinciales, merced a un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 70 millones de dólares.

Hay que recordar que la obra de más de 17 kilómetros se hizo primero en los extremos: se comenzó con un tramo de 8 kilómetros desde el túnel N° 1 hasta el coronamiento de la presa. Por el otro lado se concretó un segmento de 4 kilómetros, desde el dique hasta la ruta 7, y la cinta asfáltica que bordea el espejo de agua. Esta parte incluyó un vistoso puente.

Quedó pendiente el túnel de un poco más de 330 metros con el que se atravesaría un cerro, uniendo el primer tramo con el segundo. Era uno de los puntos más costosos y complejos.

Pero hubo errores bastante serios en ese tramo del proyecto. Entre otros, disponer indebidamente que el camino atravesara el coronamiento de la presa. Además, y lo más delicado se comprobaría posteriormente, que no se efectuó un estudio geológico apto y cuando comenzó a perforarse la piedra se produjeron desmoronamientos que preanunciaban que por ahí no podía avanzar.

Resulta penoso que el gobierno que inició esta vía de comunicación, haya trabajado sobre una hipótesis de túnel que posteriormente tuvo que ser desestimada por las graves fallas que presentaba.

Asimismo es censurable haber previsto que el camino  podía pasar por encima de la presa, no obstante las objeciones de la  empresa concesionaria del embalse que advertía sobre los eventuales perjuicios que  podría ocasionar el tránsito de turistas por esa parte. La estrategia actual es ejecutar el paso subterráneo a 500 metros al sur del original sin pasar por la presa.

Los costos de estos errores cometidos por equipos de profesionales no han sido estimados o no se han dado a conocer, pero es de imaginar que son millonarios, afectando las siempre comprometidas y debilitadas arcas oficiales, y produciendo pérdidas que probablemente no se resarcirán jamás. La ciudadanía confía en que los nuevos cálculos sean acertados y que al cabo de dos años se materialice la ansiada vinculación entre dos localidades de montaña.

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