Tuvo que luchar hasta el final, debió transpirar más de la cuenta y sacó fuerzas de donde no tenía para no caer en el comienzo de la refriega. Su fiel león aguantó las heridas cuando la contienda casi terminaba. Contrariamente a lo que sucedía en Roma -cuando alguien caía derrotado- terminó con el pulgar bien arriba por los puntos que cosechó y lo pusieron a tiro de la cima del certamen. Salió airoso de la dura batalla que sostuvo ayer en el Coliseo porteño y volvió a subir al podio con empeño y capacidad de resistencia, algo que en la época del Imperio Romano era fundamental para que los gladiadores ganaran cada pelea sobre la arena.
Con sangre en el ojo por aquella victoria que se escapó en la polémica largada de la final uruguaya, que motivó a cambiar el sistema de partida desde la quinta cita en el autódromo Oscar y Juan Gálvez, Emmanuel Cáceres salió decido a tomarse la revancha. El segundo éxito en su historial no llegó pero nuevamente estuvo cerca.
El sanmartiniano debió exigirse desde la clasificación sabatina ya que, al malgastar las cubiertas para la tercera y última sesión, pudo meterse entre los diez mejores. Eso posibilitó que Peluche moviera del quinto cajón en la primera batería con el Peugeot 408 que antes lo había llevado a celebrar con champán en La Plata y Mercedes.
Las primeras unidades para el torneo aparecieron con la tercera plaza en su serie, aprovechando el inconveniente que su coequiper Marcelo La Manna tuvo en el primer cajón al trabarse la primera velocidad y largar desde el fondo. Luego, ejecutó a Luciano Farroni y arribó detrás de Franco Morillo y Facundo Della Motta, no sin antes pelear con Alessandro Salerno.
La carrera definitiva lo tuvo saliendo desde el sexto lugar. Ni lerdo ni perezoso, aventajó a Carlos Merlo -quedó parado en la largada- para colocarse cuarto debido a que, durante la vuelta previa, Mario Gerbaldo (vencedor del parcial más veloz) quedó detenido y debió arrancar desde la última posición.
Dejando atrás el curvón, Cáceres fue apretado por Della Motta y nuestro representante no tuvo más remedio que ir por la tierra arada. Afortunadamente, su vehículo no tuvo daños y regresó a la pista perdiendo con Gianfranco Collino y Antonino García. Pero, metros más adelante, el piloto del Ford Focus se enganchó con Della Motta y Collino, por lo que se metió segundo.
Tuvo otro sofocón cuando García quiso pasarlo en la horquilla. Los autos se tocaron y Merlo pudo con ambos. Mientras, Franco Morillo marchaba cómodo en la cima.
Sin embargo, el golpe de escena se vivió en el 18° giro cuando el Renault Fluence del líder se detuvo. Entonces, Merlo saltó a la punta y Peluche volvió a ser escolta hasta que, restando solamente dos giros para el banderazo, la caja de cambios comenzó a ser un dolor de cabeza y La Manna logró superarlo.
Arribó con lo justo. El premio al esfuerzo llegó para Cáceres. Sólo falta la victoria, que está al caer.
Emmanuel Cáceres: "La caja me impidió vencer, pero sumé bien en función del torneo"
Fue una carrera especial no solamente por obtener su tercer podio del año. “Hace seis meses que perdí a mi hermano y mi cuñada, por eso este tercer lugar se lo dedico a ellos que me siguen desde el cielo”, lanzó Peluche con lágrimas en los ojos luego del festejo con La Manna y Merlo. “Estar en el podio del Gálvez era un sueño”, agregó.
Sobre la competencia, el ex Fórmula Renault indicó que “largué bárbaro, me puse segundo y pese a que dos rivales me golpearon fuerte y me desalinearon el auto pude llevarlo. Fue exigente y llegué de milagro porque la caja de velocidades empezó a fallar y me quedé sin la sexta marcha, por eso Chelo (La Manna) me pasó en el final”.
Haciendo referencia al campeonato, Cáceres dijo que “la caja me impidió vencer, pero sumé bien en función del torneo. Venía con la mente en el podio porque sabía que era negocio y se pudo conseguir”.
