Buzos solidarios en el Martín Zapata

Luego de haber tenido algunos problemas con la tradicional presentación en otras oportunidades, autoridades y estudiantes de ese colegio decidieron organizar un festejo pacífico y colaborar con una fundación en vez de gastar dinero en pirotecnia.

Buzos solidarios en el Martín Zapata
Buzos solidarios en el Martín Zapata

Todo está perfectamente preparado: la pintura en los rostros, las banderas, los bombos y los papelitos. Sólo hay que esperar la señal -el timbre que anuncia el recreo- para llegar hasta el medio del patio y comenzar a cantar dando rienda suelta a la alegría que corona ese momento.

Mientras tanto la tribuna, compuesta por los otros chicos del colegio, acompaña y aplaude sabiendo que próximamente les tocará a ellos estar al frente. Se trata de la presentación de los buzos de egresados de los estudiantes de quinto año, un ritual que ha ido ganando terreno entre los mendocinos pero que también, en algunos casos, ha generado ciertos desbordes entre los adolescentes.

Para que ello no ocurra, en el colegio Martín Zapata decidieron organizar la actividad entre alumnos y directivos para que, además de asegurar un festejo pacífico, poder colaborar con quienes más lo necesitan.

Con ese propósito ambos sectores comenzaron a reunirse desde marzo y decidieron que en lugar de comprar pirotecnia para acompañar la presentación, destinarían ese dinero para adquirir elementos y donarlos a la fundación “Puente vincular”, una sociedad civil que colabora con personas en situación de calle.

“Queremos que la campaña para mostrar los nuevos buzos sea atípica, que no sea sólo divertirnos y que quede todo acá, sino darle un poco más de proyección”, comenzó a relatar Juan Manuel González, presidente del centro de estudiantes y alumno de 5to 3ra.

“Justo hace un tiempo se nos acercó una fundación y nos contaron que necesitaban frazadas y sopas instantáneas, nos preguntamos cómo podíamos hacer para ayudarlos y se nos ocurrió unir las dos actividades: la presentación y una campaña solidaria”, continuó el joven. Para ello los delegados de quinto año pasaron por cada uno de los cursos del colegio para invitar a todos a sumarse.

“La idea era que cada chico pudiera traer una cajita de sopa y cuatro frazadas por división”, detalló el adolescente.

Por su parte, Facundo Cárdenas, delegado del mismo curso, remarcó que se trata de una actividad muy positiva: “Porque, por un lado, podemos hacer un festejo que nos gusta mucho y, por el otro, hacemos que toda la escuela colabore con gente que lo necesita mucho”, expuso. Ambos explicaron que cuando terminen las presentaciones dos o tres representantes de cada división se trasladarán hasta la fundación para llevar lo recaudado.

Comenzar a despedirse

Para darles a cada uno de los 8 quintos del Martín Zapata la oportunidad de festejar, se organizó un detallado cronograma que le asigna un día a cada uno hasta el jueves 18. En cada jornada la actividad se realiza dos veces: una durante el primer recreo de la mañana, en la que están presentes los estudiantes de los últimos años, y otra en el recreo de las 13, destinado a los alumnos de los primeros.

Ayer, fue el turno de 5to 3ra quienes “tiñeron” todo el patio del establecimiento con bordó y gris, los colores de su campera de egresados.

“La selección del modelo costó un poco porque somos bastantes y con gustos muy distintos, pero nos pusimos de acuerdo en que queríamos algo básico, sencillo y gracias a uno de los chicos que se movió los encargamos”, recordó Juan Manuel. El costo del mismo fue de $ 400, pero comentaron que entre los presupuestos que averiguaron podían llegar a costar hasta $ 600 cada uno.

La organización de la presentación también implicó acordar entre todos. “Pasamos toda la tarde del martes y la noche juntos terminando las banderas y fuimos tirando algunas ideas que terminamos de decidir esta mañana (por ayer), como por ejemplo, por dónde entra cada uno, cómo colocamos la bandera, entre otros”, explicó Andrea Prina, otra estudiante.

Para todos ellos, la actividad es tan importante porque es un recuerdo que les queda para toda la vida. “Es el cierre de la secundaria, el inicio de la universidad, son muchos cambios y esto es algo lindo para despedirnos con todos los compañeros, si bien el curso a veces está medio dividido con estas acciones trabajamos entre todo y nos unimos”, destacó Facundo.

En tanto que Dolores Marengo, subdelegada del curso, resaltó que cada división se organiza para ser la mejor del colegio. “Hay una cierta rivalidad, pero se trata de una competencia sana”, subrayó. De hecho, para promover la unidad de todos los quintos el cronograma estipula un festejo de todos los cursos juntos. “La idea es mostrarles a los primeros años que si bien estamos en modalidades distintas somos todos del Zapata y estamos todos juntos”, añadió la chica.

Un proyecto para un festejo con impronta diferente

La autoridades del Martín Zapata decidieron intervenir en la organización de la presentación de los buzos, luego de que años anteriores ocurrieran algunos desmanes. “Fundamentalmente con algunos chicos que venían con cierto grado de alcoholización o tiraban pirotecnia y los vecinos se quejaban”, recordó Claudia Esteban, orientadora psicopedagógica del Servicio de Orientación Educativa del colegio.

En lugar de suspender el festejo, como ocurre en otras secundarias, se comenzó a trabajar para cambiar el espíritu del evento. “Decidimos armar un proyecto para que la actividad pudiera seguir con una impronta diferente, nos empezamos a reunir con los delegados de los cursos para definir qué convenía hacer y qué no”, relató a la vez que informó que en 2014 lo implementaron por primera vez. Cada delegado del curso se reunía a la vez con sus compañeros para ir aportando ideas. “Fue muy bueno porque les permitió a través de instancia de reflexión decidir cuáles eran las actividades más convenientes para realizar”, señaló la experta.

Un aspecto fundamental del festejo es que, antes de la presentación, los alumnos deben mostrarles a las autoridades las canciones que prevén entonar ese día. “Intentamos siempre que sean adecuadas, que expresen alegría y que no fomenten la rivalidad entre los cursos”, señaló Esteban. Además cada curso debe encargarse de limpiar el patio del colegio una vez que finalizan el festejo. “Deben dejar el lugar como lo encontraron”, señaló la mujer.

Para que todo se desarrolle en paz, las autoridades cuentan con la colaboración de los preceptores y de los padres. “Sobre todo para asegurar la tranquilidad en las instancias previas, en la que nosotros no podemos estar presentes”, apuntó.

Toda la práctica está supervisada por el Equipo Directivo y el Servicio de Orientación Educativa Integral, también cuenta con el apoyo del Centro de Estudiantes y de la Asamblea de Delegados de la Escuela (conformada por delegados de cada curso).

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