Historias de vida
El año del perro rabioso y las espinas
Mientras la crisis del cactus tenía lugar, y el resto estaba atento a la curación de la herida; mi hermano, el más pequeño del cuarteto, continuó en la persecución del objetivo común: conseguir un amigo. Él y yo teníamos una obsesión por tener un nuevo compañero de juegos. Es que un año antes habíamos perdido a nuestra perra Camila, una boxer que creció conmigo y que extrañábamos horrores.