Reflexiones políticas
No hay que creerse Napoleón, pero sí hay que aprender de él
Querer compararse con grandes figuras de la historia, tal cual a veces hace Milei, es pura megalomanía. Como con Napoleón Bonaparte, pero, si no se tienen delirios de grandeza desmesurados, el emperador francés puede serle muy útil a nuestro presidente, primero porque vino a cambiar lo viejo por lo nuevo pero nunca despreció la política (hasta escribió textos defendiéndola) y siempre se sintió un hombre de Estado. Además fue Napoleón quien expandió las ideas liberales y republicanas por todo el continente europeo a través del ejército imperial. Pero las ideas novedosas de la época no eran de él solo ni de una secta, eran de las nuevas clases sociales, en particular de la burguesía y el resto del pueblo llano. El sólo intentó universalizarlas. He aquí grandes cuestiones que Milei debería aprender de su admirado Napoleón, en vez de querer ser él, lo que seguramente nunca jamás será.