Con el diario on line a un sólo click, o con los avisos remarcados en todos los tonos posibles de lapicera, aquellos que buscan empleo (sean estudiantes recién recibidos, o personas desempleadas) tratan infructuosamente de que tal desafío resulte bien, presentándose incluso a aquellos trabajos en los que no tienen la experiencia específica requerida.
Sin embargo, y antes de emprender este seguimiento es necesario contar con determinadas herramientas y realizar un análisis previo de la situación.
Son muchos los avisos que detallan en sus líneas sus requerimientos precisos: “se necesita empleada administrativa”, “persona para trámites bancarios”, o “busco empleado con perfil en redes...” entre millones de ejemplos más. Y es en la cercanía a experiencias afines, en la que debe hacerse foco a la hora de apostar.
Como explica la psicóloga laboral Viviana Imperiale (titular de la cátedra de Psicología Laboral en la Universidad del Aconcagua y disertante en diversos claustros académicos) “si se trata del sujeto individual, con un camino andado tiene que poder hacer un trabajo introspectivo y analizar antes de presentarse, qué sabe hacer, y qué competencias y habilidades ha desarrollado, independientemente de que no hayan sido precisamente en la misma área a la cual se va a presentar.
Lo importante es que puedan ser conocimientos, habilidades y actitudes, que puedan transferirse a esta nueva área, por ejemplo alguien que comenzó trabajando con atención al público, y que después se presenta a un empleo en donde se pide un puesto administrativo específico. En este caso ya cuenta con algo que en algún momento ha aprendido, que es la atención al público.
Toda persona que haya trabajado ha estado contactada con un mundo laboral, con reglas nuevas y contextos estructurados totalmente diferentes, quizá, a los ámbitos educacionales. Esos también son aspectos que tienen que revalorizarse, y de los cuales apropiarse a la hora de salir a buscar nuevos ámbitos de desafíos, con respecto al trabajo”, recalca Imperiale.
- ¿Qué pasa en el caso de los jóvenes recién recibidos?
- En la actualidad muchas de las universidades de diversas facultades han generado que sus alumnos realicen prácticas profesionales antes de salir del ámbito académico. Esa experiencia tiene un enorme valor, y los jóvenes deben buscar llevarla a cabo como pasantías y actividades; que aunque no sean remuneradas, antes de salir de la facultad son muy valiosas. Definitivamente representan un tesoro importante a la hora de buscar trabajo y no tener experiencia. La idea es contar así, con algún background previo, que luego pueda transferirse al nuevo lugar en el cual desenvolverse.
- ¿Las experiencias fuera de Mendoza también resultan positivas en este sentido?
- Totalmente. Hoy muchos chicos de cierta posición económica pueden viajar, y además aprender idiomas. Llevan a cabo trabajos en otros lugares, que no son quizá afines a la tarea elegida, pero que los van preparando y les permiten generar una serie de competencias. Las mismas que acompañan luego a las más específicas que tendrán, después de la carrera o puesto en donde se vayan a desempeñar.
- ¿Los jóvenes se capacitan antes de salir al mercado laboral?
- Sí, quizá no valorizan esa experiencia pero hoy, son bastantes los que (sobre todo en las carreras que están relacionadas con la evaluación de la CONEAU -Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria-) están teniendo como obligatoriedad prácticas profesionales. En los últimos años, las mismas generan que luego salgan con una parte profesional ya practicada. Es una aproximación bastante importante en donde desarrollan nuevas habilidades ejercitando aquello que aprendieron.
- ¿Los voluntariados suman también?
- Totalmente. Desde el Estado es algo muy valorado. No hay que subestimar las instancias de los concursos ni voluntariados, o la importancia de las ONG. Todo es sumamente importante. Hay que apropiarse de eso y hacerlo valorar, ya que no es que no se tenga experiencia, quizá lo que no se tiene es una experiencia “específica”, que es distinto.
- ¿Qué errores comunes ves a la hora de armar el CV?
- Uno de los más grandes es que los jóvenes se precipitan y se presentan a todos los lugares. En realidad tienen que tomarse el tiempo de elegir y ver realmente qué es aquello que les gusta y en qué ámbitos se van a sentir cómodos. De lo contrario, y a la larga, terminan renunciando o haciendo mal el trabajo; ya que no es lo que querían o deseaban.
Esto sucede porque no se preguntan “a dónde tengo las condiciones para presentarme”, “en qué ámbito me voy a sentir más cómodo”. Independientemente de que la necesidad económica influye a la hora de buscar una estabilidad laboral, hay que entender que lo rápido no siempre es lo mejor, y eso también puede generar un mal antecedente.
La búsqueda laboral es un proceso. No se trata de ir a determinado lugar a depositar un CV y esperar. Se trata de un proceso activo en el que el sujeto debe involucrarse y elegir, no sólo esperar ser elegido.
- La gente de 40 años para arriba, que no es tan joven para el mercado laboral: ¿tiene chances de presentarse en algo sin experiencia específica?
- En general hay una cierta resistencia, aunque hay empresas o ámbitos en donde orientan la búsqueda y elección, justamente en este tipo de personas.
La elección tiene que ver con que saben que estos empleados (mayores en edad laboral) van a hacer mucho más fieles a la hora de involucrarse con la organización y valorización de la misma, que los más jóvenes. El compromiso en éstos últimos se orienta más con el proyecto personal.