Establecer buenos hábitos de higiene bucal desde pequeños es el primer paso para tener dientes sanos hasta la adultez. El cuidado dental es un hábito que se aprende desde la infancia y que perdurará en el tiempo. Los dientes y encías bien cuidados ayudan a los niños a mantener una buena salud a nivel general, no únicamente bucal. Es por ello que es fundamental comenzar desde pequeños a inculcarles el hábito, incluso antes de que les salga su primer diente.
Según un relevamiento del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires*, casi el 70% de los niños tienen caries. Entre ellos, la mitad está en una etapa en la que aún pueden salvar el diente, pero la otra mitad ya necesita un tratamiento de conducto. Otro dato alarmante es que hoy solamente el 2% de los chicos porteños acuden al dentista.
Algunos consejos para revertir esta tendencia que preocupa y ayudar a que los más chiquitos tengan una sonrisa sana y de una manera fácil:
- Utilizar una pasta dental con sabor agradable: la mayoría de las pastas dentales habituales pueden ser consideradas muy fuertes o desagradables por los niños. Para evitarlo, usar sabores que sean agradables para el paladar de ellos y en pequeñas cantidades.
- Involucrarlos en la elección del cepillo: existen diferentes cepillos para todas las etapas de la niñez, con diferentes características, desde sus personajes favoritos hasta con luces "láser" para indicar el tiempo correcto de cepillado. Siempre y cuando el elegido esté diseñado para la edad adecuada y para que quepa correctamente en su boca, dejarlos decidir a ellos es una buena alternativa. Si les gusta, tendrán más ganas de usarlo.
- Ser el ejemplo: a los niños más pequeños les encanta copiar muchas de las cosas que hacen sus padres. Una buena opción es realizar el cepillado junto a ellos para que puedan ver cómo lo hacen e intenten copiarlos. Esto lo ayudará a familiarizarse con el proceso.
- Encontrar el momento adecuado: es importante generarles el hábito para que luego lo incorporen naturalmente. Después de la cena o la hora del baño pueden ser momentos clave en los que comenzar el proceso.
- Ayudarlos durante el cepillado: los más chiquitos no tienen la destreza manual necesaria para realizar el trabajo minuciosamente. Es por eso que es importante ayudarlos y guiarlos hasta que se acostumbren y puedan hacerlo solos. La limpieza entre los dientes debe iniciarse tempranamente: se debe comenzar una vez que los dientes del niño encajen uno al lado del otro. Es importante que utilicen cepillos interdentales e hilos especialmente diseñados para ellos para evitar maltratar las encías.
- Visitar al odontólogo: deben comenzar a partir del primer año de vida para poder controlar la salud de los dientes y de las encías como también el crecimiento de las mandíbulas y el rostro.
Fuente: Sunstar GUM Americas