“Vamos a trabajar para mantener la vara alta que dejó Jorge Almirón”. Así se presentó Carlos Mayor cuando pisó por primera vez la Bodega para iniciar su etapa en el fútbol grande sentado en el banco de suplentes.
En eso anda el entrenador tombino, buscando el ideal futbolístico, pero también la identidad que defina a su elenco. Su impronta.
Hoy el Expreso es un sube y baja permanente, con muchos vaivenes en su juego y distintas caras, lejos de adquirir el sello que lo marque para el futuro.
El adiestrador llegó con un discurso ofensivo y prometedor, basado en la posesión de la pelota y en un esquema táctico súper ambicioso. Por momentos el equipo mostró buenas intenciones pero no ha podido cristalizarlas con continuidad y eficiencia.
Está claro que el gran déficit del elenco es que no tiene equilibrio y le cuesta sostener una idea al momento de expresarse.
Sí. Hoy no se sabe a qué juega este Tomba, y qué pretende definitivamente su adiestrador como estilo. A favor del DT es que se encuentra en etapa de formación, aunque ya pasaron cinco fechas y debería ir encontrando soluciones rápidas.
El nuevo modelo arrancó con un sistema (3-4-2-1) sustentado en dos carrileros conocidos (Ceballos-Fernández) y un doble enganche para acompañar a Rubén Ramírez en ataque. La propuesta era progresar y pisar el área con mucha gente, pero respaldado por un doble cinco de recuperación y juego.
La parada contra River marcó una modificación a la manera de atacar, con dos puntas clásicos. Sí se respetó la línea de tres en el fondo. ¿Resultado? Una actuación para el olvido y goleada que no admitió ningún tipo de discusión.
Más allá de nombres, apellidos y características, sobresalieron los enormes problemas defensivos en los pasos iniciales del campeonato.
Frente a este panorama, patada al tablero y volver a empezar con otro dispositivo: cuatro en la última línea y un doble cinco más aguerrido y de marca con la inclusión de Federico Lértora. “Las modificaciones las hice porque necesitábamos firmeza en defensa”, fue la explicación del DT.
Idas y vueltas. Diferentes matices. Es lo que identifica a un Godoy Cruz que necesita saber su ADN.
El regreso fue a puertas cerradas
El plantel volvió a las prácticas en el Feliciano Gambarte y lo hizo a puertas cerradas. Seguramente el cuerpo técnico y el plantel habrán charlado sobre el rendimiento del equipo, tal como pidió José Luis Fernández, post derrota ante Gimnasia de La Plata.
En el Expreso ya tienen la cabeza en el duelo del miércoles ante River (dirigirá Silvio Trucco) por la Copa Sudamericana. Con poco tiempo de trabajo, habrá que ver cuál es el once elegido por el adiestrador.