Ven (de venerada) Thubten Kundrol nació en Mendoza y es la única monja tibetana argentina en el mundo. Actualmente vive en Buenos Aires, pero uno de sus objetivos actuales es claro: instalar un monasterio budista en Mendoza.
"Hace algunos años teníamos un lugar en Tunuyán, pero fue robado. A raíz de ello, lo pusimos a consideración de Nepal, y de acuerdo a las visiones de los Lamas, nos dimos cuenta de que no era apropiado el lugar y que encontrábamos muchos obstáculos", indicó la monja budista a Los Andes.
“Ahora queremos un lugar que esté más cerca de la cordillera. Nos han ofrecido ya hacerlo en Buenos Aires, en distintos lugares. Pero Mendoza está bendecida, es una joya y además justo está en el límite; eso va a traer luz a todos los mendocinos”, siguió la referente espiritual.
Cuando habla del lugar que "fue robado" en Tunuyán se refiere a la locación que estaba definida hace ya algunos años. Allí ya contaban con el apoyo de la sociedad, de la comuna y de más de 70 extranjeros que estaban trabajando con ellos desde 2001. Sin embargo, un día de 2008, fueron víctimas de la inseguridad y los pocos recursos con los que contaban en el sitio fueron el botín de algunos ladrones.
“Luego de este incidente, pedimos que averiguaran en el monasterio de Nepal y nos dijeron que había algunos inconvenientes en la zona. También algunos políticos nos habían ofrecido algunos terrenos antes -al igual que otra gente-, pero por distintos obstáculos que surgen no se puede concretar. Por eso ahora vamos con más fuerza; buscando un lugar que esté cerca de la montaña y de la ciudad, y que también tenga agua”, resumió Kundrol.
Mañana, la monja llegará a Mendoza justamente buscando materializar este objetivo y el viernes 10 a las 19 expondrá sobre Budismo en Antonio Tomba 61, de Godoy Cruz (frente a la biblioteca). Y no pierde la esperanza de que en este viaje finalmente encuentre la locación.
Fundamental
Según destaca la monja tibetana, el proyecto está más cerca de concretarse que nunca. “Nosotros ya tenemos los arquitectos, algunos sponsors y el objetivo de hacer una huerta orgánica en el sitio. Y estamos más cerca de conseguir el lugar”, resumió.
“Mendoza necesita un monasterio. nosotros invitaríamos a los chicos de las escuelas con la idea de enseñar el respeto por la vida, por los animales y por la economía. La idea es educar en esos valores, que tengamos ciudadanos que respeten y que la luz salga desde Mendoza”, se explayó Thubten Kundrol.
En el lugar vivirían monjes y monjas que vendrían del extranjero. “En occidente no hay monasterios en la montaña. Y como se trata de budismo tibetano, sería como tener el Tíbet en en Mendoza”, siguió, al tiempo que también consideró que se convertiría en un atractivo turístico y paisajístico.
La idea es enseñar el respeto por la vida, los animales y la economía.
“Todos me preguntan por qué insisto con la locación en Mendoza. Yo creo en el potencial de la gente, es muy fuerte en Argentina y en Mendoza. Tenemos que creer en nosotros mismos para incrementar los valores de amistad y felicidad, Mendoza tiene la virtud de la gente que se materializa en los paisajes diversos”, explicó.
La referente indicó que se necesita un monasterio para entender esas cosas que aún no entendemos. “Es una causa kármica. hay cualidades a desarrollar, y la ventana tiene que estar abierta para que salga el humo y entre la claridad, la visión correcta y el aire”, resumió recurriendo a una metáfora.
Espiritualidad
“Ese es un secreto”, responde Kundrol con su paz característica cuando se le pregunta la edad. La mujer fue amiga del Dalai Lama y descubrió el budismo mientras estaba en Asia. “La espiritualidad la encontré en Mendoza, en la foto de una monja (católica) en una vereda de Las Heras. Allí comencé a visitar todas las iglesias que pude, pero no encontré lo que buscaba”, rememoró sobre sus inicios.
Nació en La Paz (“ya desde el nacimiento tengo una conexión con el nombre”, acotó), pero de chiquita se instaló en Las Heras. Y luego viajó por Europa y Asia, ya atraída por la filosofía budista.
En 1985, Kundrol viajó a Tailandia y desde ese momento comenzó a abrazar el budismo (Therevada). En 1994, en tanto, se ordenó en el monasterio Kopan, en Nepal.
“Con el budismo tibetano sentí un click, volví a mi casa (interna) y fui al Tíbet a buscar a mi maestro, Thubten Zopa Rinpoche. Para ser monástico hay que tener ciertas condiciones, y por suerte mi maestro me dijo que podía serlo”, siguió la líder espiritual.
Ven Thubten Kundrol vivió la mayor parte de su vida en el extranjero y estudió el budismo en países asiáticos y en Europa. En Tokio dirigió el Centro Budista Do Ngak Sung Juk; y durante cinco años estudió en un monasterio cerca de Pisa, en Italia.
En 2011 fue la responsable de traer las reliquias de Buda a Mendoza y desde siempre tiene la firme convicción de instalar un monasterio en nuestra provincia, cerca de la montaña. “La motivación que me mueve es beneficiar a Mendoza. Me interesa el contacto con la gente, transmitirles el modo simple y profundo para desarrollar su propio potencial para encontrar paz y felicidad profunda”, resumió.
Consultada sobre los valores fundamentales, los resume en dos palabras: visión correcta.
“Consiste en saber las cosas como son. Nos permite identificar lo positivo y lo negativo, e ir eliminando lo negativo. Eso nos resplandece como personas. Con la visión correcta conseguiremos primero buena suerte, luego un buen trabajo, buenas relaciones. Con el monasterio existe un lugar para que la gente venga a meditar y se saque miedos y dudas”, continuó Thubten Kundrol.
No obstante, no todo comienza y termina con la meditación. “Alcanzar la visión correcta es no irse para el lado de cosas que nos vayan a perjudicar. Uno crea virtud, y eso hay que descubrirlo. porque son cosas que ya están. Hay que ponerlo en práctica, comer a los horarios correctos y darse cuenta que empezando desde lo más simple, en adelante se expande. Y si uno miente, tiene que saber que el testigo principal -que es uno mismo- sabe que está mintiendo”, cerró.