Buscan erradicar el bullying de las aulas por ley

Una legisladora del oficialismo presentó una iniciativa basado en un trabajo interdisciplinario que involucra a autoridades, docentes, padres y los propios alumnos.

Buscan erradicar el bullying de    las aulas por ley

De eso sí se habla, y cada vez más. El bullying -o acoso escolar entre estudiantes- es un flagelo ya no tan silencioso del que al menos 2 de cada 10 chicos han sido víctimas alguna vez en su vida, según se desprende de las pruebas Pisa 2015. Y si bien no se trata de algo novedoso, durante los últimos años ha ido captando una mayor preocupación y ocupación en todo el mundo.

En esta sintonía, en la Legislatura de Mendoza hay un proyecto de ley que busca erradicarlo, pero no como si se tratara de un yuyo, sino por medio de un elaborado trabajo interdisciplinario y en equipo que involucra a las autoridades educativas, docentes, padres y a los propios alumnos.

El proyecto apunta a que cada escuela cree a principio de año sus propios acuerdos y consejos de convivencia y que trabajen en la detección y seguimiento de estos casos. Incluso menciona sanciones, aunque no punitivas (que apunten al castigo), sino más bien orientadas a lo social y al cambio de conducta.

"También se busca que cada escuela tenga estadísticas concretas de los casos, bien definidos y con seguimiento. Esa es la clave para poder actuar rápido", indicó la senadora Mariana Caroglio (UCR), impulsora de la iniciativa, quien destacó que poco contribuye a la hora de la erradicación el hecho de que los padres opten por cambiar al chico de escuela, o que el propio establecimiento no reconozca un caso como tal.

Esta iniciativa comparte el espíritu del mundialmente reconocido método Kiva, que se inició en Finlandia en 2007 y ya se está replicando en el mundo (en Argentina está en marcha en San Juan, San Luis y Provincia de Buenos Aires).

"La efectividad del método radica en que centra la atención en lo grupal, en ver la relación de los docentes con los chicos, los padres con los chicos y los chicos entre sí. La prevención es el valor primitivo y se incluye a los padres, que es fundamental", destacó la psicóloga Laura Alcocer, una de las coordinadoras Kiva en Argentina.

Este modelo no pone el foco en el agresor o el agredido, sino que lo hace en el público (los espectadores, los otros estudiantes) quienes suelen celebrar o divertirse con estos casos.

“Se busca desalentar y que los testigos sean los primeros en repudiar los casos. Se trata de un método integral, en que trabaja todo el grupo. Y partiendo de la base de que si no hay público, no hay espectáculo. Ya que generalmente son los pares quienes sostienen el bullying", indicó la especialista, diferenciando este paradigma de los tradicionales con que se trató de trabajar contra el bullying.

Por ley

Según indicó Caroglio, la iniciativa presentada en la Casa de las Leyes apunta a regular la promoción, la intervención institucional, la investigación y la recopilación de experiencias sobre la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en todas las escuelas mendocinas, con miras a prevenir el acoso escolar en concordancia con las leyes nacionales 26.892 y 26.061.

Lo primero que establece es que cada escuela debe elaborar en la primera semana de clases su acuerdo de convivencia, y que este debe estar en aplicación antes del primer mes. Cada establecimiento deberá contar con su Consejo de convivencia abocado al análisis, la reflexión, la comunicación y el diálogo.

Mientras que en el nivel secundario lo integrarán la directora, los docentes, los propios estudiantes y un equipo interdisciplinario; en primaria son los padres quienes tendrían que reemplazar a los estudiantes.

"Se busca institucionalizar la problemática. Hay que hacerse cargo, ya no podemos seguir corriendo la cara. Y para ello es determinante la ley", indicó Caroglio, quien destacó que no es necesario que cada institución tenga su propio equipo interdisciplinario, sino que puede constituirse un grupo y éstos dictar capacitaciones por escuelas.

“La idea es hacer un abordaje integral que incluya a víctima, victimario y público. Así busca no centrarse únicamente en el agresor (quien puede alimentar su bronca o resentimiento), ni en la víctima (con probabilidades de revictimizarlo) ni en el público (quien suele celebrar los episodios de bullying)”.

Los integrantes de dicho consejo serán elegidos por sus pares durante las primeras dos semanas de clases y deberán mantener al menos una reunión al mes (salvo casos excepcionales).

El equipo interdisciplinario en tanto abordará a los chicos que son víctimas del acoso escolar, a quienes ingresen en esas conductas y a estudiantes en situación de vulnerabilidad social, familiar o académica. Además deberá llevar índices de bullying actualizados y presentarlos anualmente.

En lo que sanciones se refiere, no busca castigar, sino concientizar. “No se busca evitar y sacarse el problema de encima, sino trabajar en él. Las sanciones apuntan más a temas sociales y de compromiso, como pueden ser quizás tareas sociales en la escuela. Y siempre haciendo hincapié en las células familiares”, sintetizó Caroglio, quien no descartó que se habilite la línea telefónica 102 -de maltrato infantil- para denunciar casos.

Kiva, un método exitoso

El método Kiva nació en 2007 en Finlandia. Y 4 años después, en las escuelas de ese mismo país los índices de acoso escolar habían disminuido 95%.

“Es el método con mayor seguimiento científico y es el más eficaz, con presencia en todos los continentes. A principio de año se hace una presentación en cada escuela donde participan todos los actores involucrados (familia, docentes y estudiantes) y se deja en claro que no se van a permitir casos de acoso escolar. Si no se incluye a todas las partes, no sirve”, indicó Alcocer, de Kiva Argentina.

La especialista destacó que los resultados recién se empiezan a ver a largo plazo (2 ó 3 años) y destacó que la iniciativa de ley mendocina "sería lo ideal", puesto que toma muchas cosas del método finlandés.

“Cambiar al chico de escuela es demostrar que el problema persiste y la escuela fracasó. En la prevención es clave crear protocolos de actuación, pero las leyes nacionales no se reglamentaron. Por eso es positiva la ley provincial”, sintetizó.

Kiva no propone sanciones, sino que apunta al cambio conductual e incluye un seguimiento al acosador con miras a que cumpla las metas que él mismo se propone.

“Por ejemplo, el agresor puede proponer algo para tratar de contrarrestar lo que hizo y eso sale de él. A veces propone empezar a almorzar con su compañero y se hace seguimiento de que lo haga. A la semana se le pide que plantee una nueva propuesta, y se observa que tenga ese cambio actitudinal. Al actuar en público se busca que los chicos que son testigos no solo no celebren estos episodios, sino que los detecten y acusen”, sintetizó Alcocer.

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