Desde que el jueves por la mañana, la fiscal especial Claudia Ríos se enteró por uno de sus informantes que Sandra Jaquelina Vargas (alias "Yaqui") tenía en mente matar a tres periodistas del diario El Sol, se enfrascó en tratar de corroborar que los dichos de su informante fueran ciertos y comprobables.
"Una vez que se chequee la veracidad de esa información veremos de qué modo procederemos. Si comprobamos lo referido a las amenazas contra periodistas, la imputo y la detengo (se refiere a Yaqui)", dijo Ríos a este diario.
Lo concreto es que la amenaza -como se la conoce coloquialmente, es decir por teléfono, por correo o intimidación callejera- no ocurrió directamente contra los periodistas. "Uno de los policías de Inteligencia Criminal fue quien escuchó a 'Yaqui' pedir por nosotros; a nosotros nunca nadie nos llamó ni nada parecido para amenazarnos. Lo que sabemos es a partir de la información oficial", contó uno de los cronistas aludidos que desde hace tres días convive con policías en la puerta de su casa particular. El cronista confió, además, tener conocimiento de que sus cabezas fueron tasadas en 300 mil pesos por la presunta jefa narco.
El caso, conocido como las amenazas a los periodistas, tuvo una impresionante repercusión, hasta internacional, que se contrapone contra lo poco y nada que hay en materia judicial contra Vargas, la mujer de la que todo el mundo habla. Ni en la Justicia Federal ni en la local existen causas en su contra. Lo que sí hay es una gran cantidad de notas periodísticas -con mucho sustento, por cierto- que hacen referencia a que la mujer en cuestión es líder de una banda que se dedicaría a la venta de estupefacientes en la zona oeste de Godoy Cruz.
De todos modos, de cristalizarse la detención en la que piensa la fiscal Ríos, "Yaqui" sería imputada del delito de "amenazas" y no por algo relacionado al narcotráfico.
En lo que sí hay elementos y no se ha avanzado demasiado es en la cantidad de muertes que han ocurrido en esa zona de Godoy Cruz en los últimos años (son más de 20), ya que muchas de ellas tienen todos los elementos para ser catalogadas como venganzas. Lo que se le achaca a "Yaqui", al menos desde las investigaciones periodísticas, es que en esos crímenes tienen mucho que ver menores y jóvenes a los que la prensa bautizó "Angelitos de Yaqui" y trabajarían para ella.
Un caso de homicidio al menos extraño es el de Cristian Gelvez (51), un convicto con salidas transitorias que fue asesinado el 18 del mes pasado a balazos. Gelvez era pareja de "Yaqui".
"Hay todo pero no hay nada"
En medio de esta maraña, Juan Carlo Caleri, jefe de Policía, dejó un juego de palabras a la hora de explicar qué pasa con "Yaqui". "En verdad no puedo decir demasiado porque se enojan los fiscales", soltó el uniformado. En ese aspecto, el jefe policial aseguró que "desde la Policía hemos entregado indicios de varios ilícitos que involucran a esta señora, pero por el momento no hemos recibido ninguna orden de detención ni nada parecido", explicó Caleri un tanto molesto con el Poder Judicial.
En lo referido al caso de las presuntas amenazas que lleva adelante la fiscal Ríos, Caleri dijo que "en ese caso es lo que menos tenemos. Nosotros (por la investigación policial) apuntamos a otro tipo de delitos que puedan comprometer a esta señora. Pero, repito, no es conveniente que hable, por más que creo que en breve puede haber novedades".
Al cierre de esta edición, el mundo del revés se hacía presente: periodistas que se dedican a hacer su trabajo y tienen custodia policial permanente en sus casas y "Yaqui", acusada de todos los males, lo más tranquila por la calle.
"No hay nada en contra", como no se cansan de repetir, no sin un dejo de molestia, los pesquisas.