Las autoridades terminaron ayer de identificar a las víctimas, al tiempo que revisaron el balance a la baja, indicó el ministerio de Salud explicando que tres fallecidos habían sido contabilizadas dos veces.
Según la fiscalía de Bruselas, 17 de las víctimas fatales son de nacionalidad belga, 15 son extranjeros (18 si se tienen en cuenta los binacionales). De los 340 heridos, 94 están aún hospitalizados.
Una semana después del triple atentado en el aeropuerto y en el metro, la capital belga sigue trastornada. El aeropuerto de Zaventem, cuya zona de registro quedó totalmente devastada por la explosión de dos kamikazes, permanecerá cerrado el miércoles. Este martes 800 empleados llevaron a cabo una simulación en las infraestructuras temporarias para poder retomar las actividades lo antes posible.
El operador del aeropuerto, Brussels Airport adelantó que el regreso a la normalidad llevará “meses”, situación que pone en dificultades a la compañía aérea nacional.
Desde los atentados, la compañía Brussels Airlines registra una pérdida diaria de facturación de unos 5 millones de euros, indicó una portavoz.
En tanto, el metro de Bruselas restablecerá el servicio en el conjunto de sus líneas, con la excepción de la estación Maalbeek, situada en el corazón del barrio europeo de la capital belga, en donde estalló una bomba.
La investigación de los ataques, que permitió identificar rápidamente a tres kamikazes -los tres estrechamente vinculados al grupo yihadista Estado Islámico, que reivindicó los ataques y los del 13 de noviembre en París que dejaron 130 muertos- había sufrido el lunes un revés.
La justicia creía haber detenido a uno de los atacantes del aeropuerto, el llamado “hombre del sombrero” que aparece en las imágenes de una cámara de vigilancia del aeropuerto junto a los dos kamikazes.