Hace un mes y medio que la Policía Rural recibe varias denuncias en la zona este por robo de caballos. Luego, encontran los esqueletos y vísceras de los equinos a pocos kilómetros de los puestos. Las autoridades advierten sobre los peligros de consumir carne no autorizada y que, además, no cuenta con controles del Senasa.
Aparentemente todos los robos se dan con dos características: por ayuda de "dateros" y durante la noche. Guillermo Hernández, víctima de un robo en Junín, indicó que le hurtaron dos caballos mientras dormía. "Ha sido en horas de la noche en donde nadie ha escuchado nada y se llevaron a los dos, los encontramos faenados a los dos", se entristeció en Canal 7 el puestero que asegura que la relación que establece con el animal es como la de una mascota.
Pero la preocupación radica en que no se trata solo de un hecho aislado. Las autoridades advierten que de un tiempo a esta parte se han triplicado las denuncias por robo de estos ejemplares. Guillermo Antequera, jefe de la Policía Rural, informó: "Según las denuncias, 30 equinos han sido sustraídos. De los cuales 12 hemos encontrado vivos, 8 faenados".
El jefe policial asegura que están tras la pista de un banda que cuenta con "dateros" que les indican dónde están los animales. "Les dicen en tal lugar hay dos o tres animales, los otros en la noche van y los sacan", advirtió que se llevan caminando a los equinos hasta hallar un sitio donde faenarlos.
Asimismo, el jefe de la Rural en la zona este, Silvio Pérez, aseguró en el mismo medio que el principal inconveniente es que una vez que la carne se inserta en el mercado no es tan sencillo identificarla. Si bien es más oscura en comparación a la carne vacuna, el sabor solo lo distinguen los avezados. "Es muy difícil distinguirla a menos que se la lleve a un examen bromatológico. Lo que son milanesas o carne molina no se distingue para la gente que vive en ciudad", aclaró.
En la misma línea, el director de Ganadería alertó por el peligro de consumir estas carnes que no tienen los controles apropiados. Adolfo Castro remarcó: "Es una faena a la intemperie, al aire libre en condiciones que nadie puede garantizar ni certificar de manera de garantizar la salud pública". Además, aclaró que si bien no existe una normativa que prohíba el faenamiento de estos cuadrúpedos, no hay un consumo desarrollado de modo que no hay forma de "transparentar el proceso".
En vista de la ilegalidad, esta carne se introduce junto a otras en carnicerías a bajo precio. Podría venderse al por mayor entre 50 y 80 pesos el kilo. Las autoridades solicitan la colaboración de la ciudadanía para hacer las denuncias al 911 en caso de tener datos sobre la banda de cuatreros o sobre la venta ilegal de esta carne.