Hay que felicitar realmente a la Presidenta por cómo ha resuelto el problema de los jubilados: dos veces al año aumenta el haber jubilatorio y les hace pito catalán a los tontos de las paritarias obligándolos a un solo convenio anual salarial. ¡¿Qué tal?!
Los jubilados recibieron en marzo el 11 por ciento, calculado por el segundo semestre del año pasado; es decir, de 2.400 pesos vamos a 2.700, un récord para afrontar todo un mes de gastos que incluyen, mínimamente, medicamentos, comida, higiene, traslados.
La inflación y la devaluación no existen para los que ya están fuera del sistema. A estos hay que entretenerlos con distracciones como centros de jubilados, actividades más o menos divertidas como talleres de pintura, folclore, yoga, salsa y algunos viajes, gratuitos o de bajo precio, cosa de que no tengan tiempo de pensar cómo llegar a fin de mes. Y los jubilados o bien aplauden -porque la resignación no les da para otra cosa- o bien protestan individualmente sin encontrar gran recepción a los reclamos.
Pero es hora de detenerse y reflexionar sobre cómo recuperar la dignidad perdida y dejar de agradecer las migajas que el Gobierno larga aparatosamente en declaraciones mediáticas. Tanto la Presidencia como Anses deben recuperar el juicio y aplicar el sentido común, elevando por lo menos a 3.500 el mínimo retroactivo a marzo y plantear una seria reconsideración para setiembre conforme a la inflación. Nadie desconoce el salto que se produjo en las jubilaciones en la época del presidente Kirchner, pero el reconocimiento era un proceso progresivo y no un techo estancado.
Los gremios también tiene que ver en esto: ¿la lucha es sólo para los activos, no van a envejecer alguna vez? ¿No tienen padres, abuelos, tíos que necesiten su apoyo para esta lucha? Yo hablé con Raquel Blas hace poco para motivarla hacia una gran convocatoria de jubilados y pensionados sin tintes de partidismo, con el fin de hacer una movilización que por lo menos haga ver al Gobierno que no estamos conformes y que merecemos su atención.
Estoy esperando que ATE, el SUTE, etc., incluyan en sus petitorios reclamos inherentes a los jubilados, como: revisión del sistema de PAMI y OSEP, revisión del sistema que determina el salario o el índice que marca lo que debe cobrar en cada período del año, implementación de medidas favorables a la salud social del jubilado, como las campañas oficiales educativas para elevar el reconocimiento y el respeto hacia los adultos mayores y la concientización de la familia hacia los deberes para con sus mayores.
Sería muy saludable que cada lector, oyente, ciudadano, televidente, miembros de la sociedad se acuerde de que el tiempo pasa y todos vamos a peinar canas.
De última, convoquémonos como podamos: por radio, internet, de boca en boca. Salgamos a la calle y digamos: ¡Eh, estamos vivos!
Rosa María Blanco - DNI 6.488.082