No sabe leer música de una partitura, pero sí lo hace con su oído a la perfección y la transmite a sus manos para que suene la guitarra.
Entre acordes, armonías, arpegios y un sonido que llena el alma, Ramón Daje, músico alvearense, despliega su sabiduría musical y su humildad al mismo tiempo, que desglosa su vida en la música, en su familia y en su trabajo de maestro panadero.
Lleva 40 años con la música, y desde la cuna la tiene incorporada pero recién a los 16 años pudo cumplir su sueño de tener una guitarra, su primera guitarra. "Trabajé y compré mi primera guitarra al tener mis primeros pesos", dice con nostalgia. Hoy Ramón sigue acompañado por esa misma guitarra que ya tiene 22 años. Recuerda que se la fabricó Antonio Guerrero, un luthier alvearense, reconocido en todo el país.
Su lema desde siempre y que repite a cada momento es: "No busco la gloria, sino que tengo la ilusión de seguir como aficionado y aprender de mis alumnos todo los días".
En sus años de vida siempre ha pregonado la música tradicional, la que él practica, y aunque no le desagradan los cambios y los instrumentos que se incorporan a diario al folclore afirma que hoy el éste "está distorsionado, y prevalecen la música comercial y los artistas del momento, y aunque no voy en contra del progreso, prefiero lo tradicional".
Ha grabado literalmente a pulmón, desde la logística hasta el armado, tres CD. Así en 2004, vio la luz Sentir de un guitarrero, en 2007, Diciendo Verdades y, en 2013, Un cantor con alma de guitarrero. En este último incorporó además de temas del cancionero nacional, su primer tema que da a conocer en este trabajo: "Adiós Argentino Luna", con letra y música en un homenaje a su amigo y gran intérprete y compositor. De su autoría tiene muchos temas que en los próximos trabajos verán la luz.
La vida de Ramón Daje no sólo se nutre de música sino también de harina, agua y distintos ingredientes que hacen a su oficio de maestro panadero, con el que arranca desde muy temprano para elaborar y distribuir sus productos artesanales.
Entre algunos sonidos, punteos y sonar de cuerdas, Ramón habla de su familia conformada por su esposa Silvia con la que lleva 36 años de matrimonio, sus tres hijas, y cuatro nietos por los cuales a veces desecha propuestas lejos de su Alvear natal. "A esta altura de mi vida yo ya estoy hecho; antes quizás podría haber aceptado recorrer otros lugares pero ahora con lo que hago me conformo y estoy bien"
Practica dos horas diarias cuando su otro trabajo se lo permite y sus alumnos no toman clases. No tiene un número claro de cuántos lo hacen porque vienen, dejan y a veces retornan. "Les falta constancia y el tocar la guitarra requiere mucho de eso; no por venir una o dos horas a la semana se sabe todo, y depende de la práctica que se haga en su casa el desarrollo que obtengan".
Siempre toca solo y reconoce que "ser solista es difícil". Sin embargo, cuando hace sonar su guitarra, ésta suena como varias. Es un sonido agradable al oído y al alma; toca a dedos, no usa de la uñeta y tiene como referentes a Eduardo Falú, Atahualpa Yupanqui, Argentino Luna y Alberto Fleury, a quien lo evoca en uno de sus trabajos.
Ramón Daje también es asiduo invitado a los programas folclóricos de las radios del departamento y destaca su participación como invitado en el programa que conduce Carlos Alberto Franco, "Cantares Lugareños", que se emite desde hace más de 25 años por LV 23.
Y parafraseando al cantautor Atahualpa Yupanqui, el músico alvearense desde el corazón del populoso Barrio San Carlos afirma: "Se nos va la vida aprendiendo". Y agrega "con cada alumno o en cada presentación busco trascender sin buscar la gloria; busco la ilusión de agradar a los demás, sean tres, veinte o muchos los que me escuchen".
Su último CD tiene 12 temas y entre otros figuran Ando por la huella (Argentino Luna); Que nadie sepa mi sufrir (Música de Miguel Cabral); Adiós Argentino Luna (Letra y música Ramón Daje); Zamba de Vargas (Andrés Chazarreta); Chacarera del Bragado (Música Alfredo Devita).