El buque de guerra británico HMS Westminster atracó este lunes en Gibraltar por un ejercicio naval coincidente con el conflicto diplomático con España por la soberanía del enclave y los derechos de pesca en las aguas que lo rodean.
La fragata, equipada con una lanzadera de torpedos, un sistema de misiles antibuques Harpoon, misiles Sea Wolf tierra-aire y un helicóptero, llegó al enclave británico hoy por la mañana.
El buque, acompañado por otros dos navíos de apoyo, fue recibido con entusiasmo por numerosos gibraltareños desde tierra.
"Es un despliegue rutinario pero no podría haber llegado en un mejor momento", dijo Tony Evans, observando desde los muelles como el navío atracaba en la cercana base naval, donde permanecerán durante tres días.
Aunque planeada con anterioridad, la visita del buque de guerra coincide con un momento de alta tensión entre Madrid y Londres, justo un día después de que los pesqueros españoles se manifestaran en las aguas de alrededor del Peñón para pedir la retirada de los 70 bloques de hormigón que Gibraltar lanzó alrededor del enclave para impedirles faenar.
Un cordón de navíos de la Armada británica y de la policía gibraltareña impidió que los 40 botes españoles se adentraran en estas aguas bajo disputa durante la protesta del domingo.
Aunque no se produjeron incidentes, hubo intercambios de insultos entre ambos bandos.
En tierra firme, manifestantes de ambos países se aunaron a ambos lados de la frontera con banderas españolas y gritando "Gibraltar español" en un caso y agitando la Union Jack y la bandera del Peñón en el otro.
Según el gobierno del enclave, que acusa a los españoles de pescar marisco ilegalmente en sus aguas, el arrecife artificial de hormigón permitirá regenerar la vida marina de la zona.
Los pescadores, por su parte, alegan que no poder faenar allí les priva de sus mejores viveros y pone en peligro la subsistencia del negocio.
Paralelamente al conflicto marítimo, las desavenencias diplomáticas se han desarrollado también en la frontera con Gibraltar, donde las autoridades españolas han reforzado los controles aduaneros provocando casi a diario colas de coches de varias horas.
El primer ministro británico David Cameron señaló que estos controles fronterizos están "motivados políticamente" y presiona a la Unión Europea para que envíe observadores a la zona lo antes posible.
Sin embargo, tanto Londres como Madrid desvincularon la visita de la fragata de este último conflicto entre ambos países por la soberanía de Gibraltar, un territorio británico de ultramar de solo 6,8 kilómetros cuadrados y con unos 30.000 habitantes.
"No tiene nada que ver con las actuales tensiones. Aunque se intentará ver un componente simbólico en ello, tiene muy poca relación con los acontecimientos con los que estamos lidiando en este momento", señaló en declaraciones a la BBC el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo.
Con el acuerdo previo de Madrid, el portahelicópteros HMS Illustrious ya había atracado el domingo en la base naval española de Rota (sur de España) por una parada técnica de varias horas antes de realizar algunas maniobras en el Mediterráneo, en las que también participará el HMS Westminster.
La fragata realizará primero unas maniobras en el mar Adriático con las fuerzas militares de Albania y después se desplazará al mar Rojo, el océano Índico y el golfo Pérsico donde desplegará algunos ejercicios junto a varios aliados de la región.
Aunque Gibraltar fue cedida en 1713 al Imperio británico, España ha reclamado durante mucho tiempo su soberanía. Londres, sin embargo, apuesta por escuchar los deseos de los gibraltareños, que son mayoritariamente probritánicos.
El enclave, denunciado por Madrid como paraíso fiscal y punto de entrada de tabaco de contrabando, tiene un alto valor estratégico como puerta de entrada y salida del Mediterráneo y por la capacidad que ofrece a Londres como centro de inteligencia y escucha de las comunicaciones en África.