La ciudad de Buenos Aires, incapaz de organizar un simple partido de fútbol con o sin hinchas visitantes, se convertirá este viernes y sábado en el centro de la política mundial con la presencia de una veintena de los más poderosos líderes del planeta durante la cumbre del G20 y con una preocupación latente por su seguridad
Después de las bochornosas imágenes del fin de semana que derivaron en la suspensión de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca, quedó muy claro que la capital argentina se encamina a vivir días muy difíciles
Si la seguridad no pudo brindar protección a un micro que trasladaba a jugadores de fútbol, apedreado por unas docenas de barras bravas, cómo hará para cuidar a Donald Trump, Vladimir Putin, Xi Xinping, Theresa May, Emmanuel Macron, Angela Merkel y Giuseppe Conte, entre muchísimos otros
La pregunta se potenciaba mucho más después de la fallida frase de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, antes de la superfinal de la Libertadores, cuando dijo con suficiencia: "Vamos a tener un G20, šno podemos dominar un River-Boca?". La respuesta, con los hechos consumados, es un rotundo no
Con el foco puesto más en su seguridad, los gobernantes debatirán espinosos temas políticos y comerciales a lo largo de dos días que convertirán a la Reina del Plata en una ciudad sitiada, rodeada de imponente medidas de seguridad y con una desconfianza creciente asentada en un papelón futbolístico mundial
Pero más allá de la seguridad, Buenos Aires será testigo de una nueva cumbre entre Trump y Putin en la que estará en agenda el escándalo del Rusiagate, las sanciones occidentales a Moscú, el tratado nuclear denunciado por Washington y las cada vez más problemáticas relaciones entre Moscú y la OTAN
Pero Trump, que estará apenas algunas horas en la Argentina, también enfrentará otro frente, como el comercial, en especial con China, con la que está enfrentada en una virtual "guerra de aranceles" que amenaza las relaciones comerciales en el mundo entero con sus prácticas proteccionistas
Trump se reunirá con el mandatario chino, Xi Jinping, en búsqueda de descomprimir una crisis que amenaza con salirse de los carrilles con aranceles mutuos que superan los 200.000 millones de dólares. El resultado de la cumbre dependerá mucho de esta reunión
En sí los líderes mundiales están resignados a escuchar una nueva defensa del proteccionismo por parte de un Trump que ha polemizado con todos sus colegas, incluso sus aliados históricos de Europa. Sin embargo se dará un tiempo para firmar el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte con México y Canadá
Los líderes europeos, con Merkel, May y Macron a la cabeza, llegan con una nueva defensa del multilateralismo, así como el premier japonés Shinzo Abe, en contraste con la estrategia de un aliado necesario pero cada vez más incómodo como Trump
Para América Latina, la cumbre le reservará un papel secundario en un G20 más preocupado por el futuro del comercio mundial que por la suerte de una región cada vez más lejos de los centros de toma de poder
Así Argentina estará representada por un Mauricio Macri muy debilitado en el frente interno, con una dura crisis económica y social y jaqueado por una inflación que este año cerrará en torno al 45% a un año de las elecciones en la que intentará ir por la reelección. La cumbre le servirá para intentar apuntalar su imagen ante un electorado que comienza a darle la espalda
A su lado estarán dos presidentes en retirada, como Enrique Peña de México y Michel Temer de Brasil, aunque en el primero de los casos espera cerrar su mandato con la firma del acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá después de una dura y extensa negociación.
Pero Peña, que dejará su lugar a Andrés López Obrador el 1 de diciembre, buscará colar en la agenda de la cumbre la cuestión migratoria con Estados Unidos y la grave situación por la que atraviesa la caravana de migrantes centroamericanos que recorre su país
Por el lado de Temer, su escaso poder regional dejará a su país sin una presencia de peso en la cumbre con las miradas puestas en el nuevo gobierno de Jair Bolsonaro, decididamente encuadrado junto a Estados Unidos e Israel
Pero la reunión se reservará además el plato fuerte de una posible cumbre entre los líderes de Turquía y Arabia Saudita, Recep Tayyip Erdogan y el príncipe Mohammed Bin Salman, tras el brutal asesinato del periodista saudita Jamal Kashoggi en el consulado de Riad en Estambul
La excanciller argentina Susana Malcorra, en un artículo en el diario La Nación, dijo que la reunión "conlleva la posibilidad de intentar avances sobre políticas preocupantes, como por ejemplo el comercio internacional, o, como mínimo, intentar aliviar tensiones"
"Se han planteado el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo y un futuro alimentario sostenible como ejes de discusión, con la transversalidad de la perspectiva de género. De lograrse acuerdos mínimos, se pueden abrir perspectivas de avance con alto impacto", indicó