Independiente cerró ayer su participación en esta B Nacional de transición con un empate sin goles ante Juventud Unida, en Gualeguaychú. El Azul, que bajo la conducción técnica de Martín Astudillo logró una importante remontada en el tramo final (dos victorias, tres empates y una derrota), terminó sumando 20 unidades en 21 encuentros disputados que le sirvieron para asegurar su permanencia la fecha pasada.
El desarrollo del cotejo reflejó la falta de contundencia por parte del local, que contó con dos chances claras para abrir el marcador, aunque falló en la puntada final. Sin dudas, la unidad terminó siendo importante para Independiente Rivadavia, que comenzará la próxima temporada en el puesto 20 de la tabla de promedios, que será uno de los que desciendan, con 1,120 (69 puntos sobre 62 partidos).
El conjunto del Parque vive una profunda crisis en lo institucional que no pudo evitar que se reflejara en lo deportivo. Cuatro entrenadores (Pablo Quinteros, Felipe Canedo, Daniel Córdoba y Martín Astudillo) en 21 encuentros es un dato que habla por sí solo.
Futbolistas que entre todo lo que percibieron durante los seis no logran sumar el valor del sueldo de un mes, que derivó en la toma de medidas de fuerza y que en otros casos, como en los de Leandro Aguirre y Emanuel Torres, provocó que se terminaran yendo antes de la finalización de la competencia y mandando cartas documento para inhibir a la institución.
Inmerso en este descalabro económico y futbolístico, que Independiente haya terminado asegurando la permanencia en la B Nacional una fecha antes de la finalización de la competencia hasta suena como un premio exagerado, pero no es otra cosa que producto del gran compromiso de este grupo de futbolistas. Y de que haya llegado Astudillo para el tramo final y trajera un poco de orden y paz. Mucho para replantearse. Casi todo.
