La ciudad de Bruselas decidió anular el lanzamiento de fuegos artificiales y las festividades de año nuevo por razones de seguridad, ante la amenaza de posibles atentados, anunció este miércoles el burgomaestre (alcalde) Yvan Mayeur en la televisión local.
"Lamentablemente, los fuegos artificiales, así como todo lo que estaba previsto para mañana (jueves) de noche, lo que concentraría a mucho público en el centro de Bruselas, nos hemos visto obligados a anularlo teniendo en cuenta el análisis realizado por el centro de crisis", declaró Mayeur en directo ante cámaras de la cadena de televisión pública La Une.
El año pasado unas 100.000 personas asistieron a las celebraciones de Nochevieja en la plaza de Brouckère, en el centro de Bruselas.
"Más vale no correr riesgos" explicó Mayeur, para quien la situación actual no permite "garantizar que controlamos a todos los que vienen al espectáculo".
"Fue una decisión bien calibrada, delicada, difícil de tomar para el burgomaestre", observó por su parte el primer ministro belga Charles Michel, también ante la RTBF, quien calificó esta decisión como "justa".
No se trata de la primera vez que se anulan los fuegos artificiales de Fin de Año en Bruselas, ocurrió algo similar en 2007, también ante una posible amenaza terrorista.
En las calles de la capital belga no se constataba mayor movimiento de viandantes.
El martes, la fiscalía belga informó que la policía detuvo precisamente en Bruselas a dos personas sospechosas de preparar atentados en durante las fiestas de fin de año.
Esas "serias" amenazas de atentados apuntaban "a varios lugares emblemáticos de Bruselas (...) durante las fiestas de fin de año", había señalado la fiscalía en un comunicado.
Los sospechosos fueron detenidos después de una serie de allanamientos llevados a cabo entre domingo y lunes en la región de Bruselas, el Brabante Flamenco (que rodea la capital) y en la región de Lieja (este), a petición de un juez antiterrorista.
Estos registros, según la fiscalía, no tuvieron ningún "vínculo con los atentados" yihadistas de París, que dejaron 130 muertos y centenares de heridos el pasado 13 de noviembre.
Bruselas alberga las instituciones europeas y la OTAN, y desde finales de noviembre se halla en el "nivel 3 de alerta terrorista", un grado por debajo del nivel máximo, lo que corresponde a una "amenaza posible y verosímil".
La capital belga vivió durante seis días en el nivel 4, tras los ataques del 13 de noviembre en la francesa.