Finalmente se rubricó en Bruselas la segunda fase del acuerdo sobre el etiquetado de vino de los países integrantes del Grupo Mundial de Comercio del Vino (GMCV).
Argentina, Australia, Canadá, Chile, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Estados Unidos, firmaron el protocolo por el cual las etiquetas de vinos de estos países deberán contar con los datos básicos de: tolerancia de alcohol, año de cosecha, variedad y región de origen. En este último punto, sólo Argentina quedará excluida de la posibilidad de colocar en sus etiquetas una multiregión de origen, mientras que el resto de los países sí lo podrán consignar.
Con esta firma, que deberá ser ratificada por el Poder Legislativo de cada uno de los Estados miembros, se daría por concluido un proceso de homogeneización en la información que se brinda en las etiquetas, iniciado en Canberra en 2007. Esta acción evitará futuros problemas y barreras en el comercio del vino.
"Desde el sector privado había un reclamo que indicaba que los reguladores debíamos avanzar en temas tan complejos como la tolerancia de alcohol, varietalidad, año de cosecha y región en las etiquetas de vino", sostuvo el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Guillermo García. Para darle la fuerza necesaria, el INV mandará al Congreso de la Nación un proyecto de ley que permitirá la ratificación de lo firmado en Bruselas.
"El objetivo es la transparencia y la facilitación del comercio entre los Estados miembros", dijo García, quien además comentó que durante la reunión de la semana pasada se firmó un memorándum de entendimiento sobre certificaciones.
"Esto -continuó- significa que los países miembros del GMCV están confiando en la certificación del país de origen y no se pediría ningún certificado adicional para el ingreso del vino, salvo que uno de los Estados tenga alguna alerta que pudiera indicar que el producto puede poner en riesgo la salud de la población".
Problemas en China
En enero de este año, China lanzó un nuevo requerimiento para quienes quieran exportar vinos a este destino. La noticia fue totalmente inesperada y causó preocupación en el sector, no sólo vitivinícola sino de alimentos en general. En la declaración de inspección se agregó un ítem que pide un informe con los resultados de examen de "ésteres de ftalato", emitido por instituciones de inspección calificada.
Aunque no hay vinos argentinos que hayan enfrentado demoras en los puertos chinos por este ítem, según aseguró García, se pudo conocer que Francia tiene al menos 40 contenedores varados en Shanghai, Guangdong, Shenzhen, Wuhan, Chongqing, debido a esta cuestión.
Como consecuencia del problema que se suscitó en China, Argentina concurrió a la reunión del Grupo Mundial de Comercio del Vino con una propuesta para solucionar futuros inconvenientes en diferentes mercados.
"Propusimos al grupo un sistema de alertas tempranas electrónicas sobre potenciales conflictos que pudieran surgir en los países de destino de nuestras exportaciones.
Esto es consecuencia de una demanda del sector privado que nos pide que los reguladores nos anticipemos a estas situaciones", dijo García, quien aseguró que la medida fue aprobada y se constituirá en un sistema eficiente para evitar posibles inconvenientes con los vinos en diferentes puertos del mundo.
Datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, muestran que durante 2012, nuestro país envió a China 4.377.618 millones de litros de vino, lo que supuso ingresos por 21 millones de dólares. Este destino representa el 2,5% de las exportaciones totales de vino en valor y el 1,3% en volumen.
En tanto, durante 2013, sólo contabilizando enero, se han exportado 387.238 litros por un total de 1,9 millones de dólares.