En su taller nos espera Cazzola para hablar sobre arte, su obra y la situación actual en la provincia. Está en plena ciudad, pero no es tan accesible a los ojos. Se llega por un callejón que linda la vieja estación Belgrano, luego hay que bajar por unas escaleras y transitar el pasillo de un gran sótano, tras unas puertas se encuentra el taller.
Sobre la única ventana del lugar hay unos tubos de ensayo que cuelgan sobre una tela, adentro crecen plantas. Afuera hay un patio interno donde también la naturaleza ensaya formas. El techo de madera acusa los pasos de alguien que se mueve en el edificio que está sobre nosotros, arriba la ciudad también se mueve.
Cazzola está ocupado en eso de la botánica cuando llegamos. El taller se divide en dos espacios, una sala blanca y prolija donde se montan algunas obras en las paredes y otra sala donde una mesa de trabajo recoge cientos de objetos que están siendo intervenidos, un gran sillón y un escritorio.
En esta última habitación está la ventana con las plantas y Cazzola que se acerca a charlar sobre lo que está haciendo. Sobre la mesa, junto a sus trabajos, empieza a desplegar sus ideas, casi como un mosaico que puede ser leído en el orden que el espectador quiera darle, aquí algunas piezas de esta charla:
Actualidad
“Es imposible que si me preguntás sobre mi obra y mi producción, que es acá, no salga el tema de la situación actual del arte en la provincia, no por forzarlo sino porque es parte. Por ejemplo, cuando tenía 15 años las obras de maestros a las que podía acceder desde Mendoza eran las que vi en el MMAMM, el ECA, etc. Uno desarrolla la idea de que ese es el lugar profesional donde tienen que suceder esas muestras, y resulta que es un espejismo. Es literal, no existe más un museo y no va a existir por largo tiempo. Por lo que no habrá una gran muestra de arte en la provincia por mucho tiempo; si tenés un hijo chico van a pasar años antes de que pueda ver acá algo de Goya, Picasso, etc. Toda la situación actual obviamente repercute. Hay un grupo de artistas autoconvocados que estamos haciendo una serie de acciones para visibilizar esa situación”.
Espacios
“Empiezan a surgir otras maneras de realizar muestras, espacios alternativos, incluso internet. Hay muestras que duran un día y se hacen en un garage. Cuando fue todo el boom de internet fue un hallazgo, siempre tuve avidez hacia lo visual, cuando era pibe fue la televisión o el poder alquilar un VHS, después fue el cable y cuando no fue el cable fue internet, fue muy importante y acompañó todo el desarrollo de mi obra. Hoy voy boyando en las distintas redes, no me convence el sobreuso de algunas, son herramientas importantes pero como todo internauta estoy en la búsqueda, se pierde la novedad en el uso”.
La pseudociencia
“Siempre parto de juntar por un tiempo y después laburar con eso. Alguien alguna vez dijo que mi obra era una suerte de pseudociencia, y tiene mucho de eso, uso las clasificaciones científicas, por supuesto es una ciencia trucha, yo no soy un científico, simulo ser uno, no hago división entre el conocimiento, ni intento clasificarlo, pero tratar de dominar lo que no se conoce, todo lo que no se puede decir con palabras, es un juego en el que me veo atrapado. Lo que persigue la ciencia es una verdad absoluta, algo de eso hay en cada artista, en su obra. Me gusta esa idea, acumular para tener cierto dominio, jugar con eso”.
Motor
“Hay cierta angustia existencial en el ansia de abarcar, y eso se transforma en un motor principal de mi trabajo. Junto cosas, soy un gran obsesivo, objetos, imágenes, plantas. También soy florista, como mi madre, mi padre es arquitecto y mis abuelos modistas”.
Taller
“Tengo tres talleres: mi cama, que es donde más pienso, una especie de bunker mental; después este lugar que es mi taller, un sótano sin demasiada conexión y mi otro taller que es internet”.
Colección
“Me interesa mucho la idea de enciclopedia, algo inabarcable pero a la vez romántico, no entra todo en un libro. Es una idea tan romántica como el tipo que creía tener dominio de la bestia por pintarla en la cueva, esa inocencia total es con la que el arte juega. Juntar por caos, esa es la cuestión del coleccionista, junta y acumula, en ese cumulo se genera caos. Me interesa cómo le devuelvo a un posible espectador esas cosas en un orden, en un papel, una instalación, una obra”.
Concepto
“Trabajo con elementos conceptuales pero considero que siempre tienen que tener un hilo de anclaje, me manejo con esa autoregla. Puedo ocuparme del erotismo desde la abstracción o la figuración, no caer en lo obvio pero tampoco encriptarme. El arte es algo complejo, trabajo mucho con la emoción, esa es mi la forma de llegar. Mi obra está teñida de blancura, orden, minuciosidad, y luego genero mecanismos para no dejar cómodo al espectador”.
Materia
“El hecho de usar materiales de oficina o de no enmarcar, es una elección consiente. Me interesa tomarme todo el tiempo necesario para una obra y quizás hacerlo en papel que luego se oxida y en menos de 20 años esa obra va a ser obsoleta. Si estoy hablando de lo pasajero o lo inestable de la vida no lo voy a hacer en mármol, tampoco tengo la verdad absoluta, entonces para qué mentirle al espectador. Todo lo endeble y efímero que hay en mi obra es lo más sincero que puedo decir de mi condición como trabajador del arte. Lo perecedero tiene que ver con la misma obra, son decisiones”.
Obra
“Los objetos se infiltraron en mi obra, estoy atento a ellos, eso se vuelve algo visual que luego puede ser una obra. Algunos temas insisten: la naturaleza, la muerte, los pares, el erotismo, lo religioso. Creo que se trata de capitalizar las vivencias. Ahora estoy jugando más con lo que es mi recuerdo, no acumular más cosas, salir de ese lugar y tratar de re-construir esa pseduociencia, esos límites. Estoy recortando las imágenes pero reconstruidas desde mi memoria, sin internet ni otros formatos, en vez de recortarlo de un libro lo recorto de mí, trabajo con eso”.
En la web
http://www.palindromoes.blogspot.com.ar
http://deverdadnotemuerasnunca.blogspot.com.ar
