Todos los insultos de la tarde tenían nombre y apellido: Marcos Brítez Ojeda. Ya en el calentamiento precompetitivo el volante comenzó a sentir el rigor del plateísta. Cuando ingresó Los Andes al campo de juego, el acoso comenzó a ser también de la popular. El jugador estaba en el banco de los suplentes y, cuando finalizó el encuentro, un allegado a la Lepra entró directamente a querer golpearlo y tuvo que ser separado por integrantes del plantel local. Una locura. Walter García, por su parte, otro ex Independiente con presente en el Milrayitas, no la pasó tan mal.
El defensor fue titular ayer y el recibimiento se dividió entre insultos y aplausos. García entró a la cancha y levantó sus brazos por sobre su cabeza para saludar a la gente. Y, a decir verdad, hubo más aprobación que repudio hacia el platinado defensor. Sobre calle Las Tipas había un trapo que esperaba a ambos: “Ojeda, García, traidores”.
Clásico en la mente
“El clásico es el partido que queremos jugar todos, lo estamos esperando muy ansiosos pero tenemos que tomar con seriedad los dos rivales que tenemos antes porque, si no, sería tomar el camino equivocado” declaraba un correcto Daniel Imperiale.
“Es un partido más”, tiró para descontracturar Pablo Quinteros. En el interior, el entrenador sabe que no es un partido más. Ayer Los Caudillos del Parque entonaron media docena de cánticos alusivos a los ‘primos’. El choque será el martes 11 de agosto, en el Bautista Gargantini, y ya se empezó a jugar.
APOSTILLAS
TRAPO CON DEDICATORIA
Cuando salía el plantel de Los Andes se podía observar el trapo que rezaba “Ojeda, García, traidores”. Marcos Brítez Ojeda y Walter García, ex jugadores de la Lepra, fueron el blanco de los insultos del simpatizante.
CAMBIO DE HORARIO
Ayer, la página oficial de la Copa Argentina publicó que el encuentro entre Independiente y Quilmes se jugará en cancha de Instituto de Córdoba a las 17.30 y no a las 20, como estaba programado inicialmente.
AVIVADA DE SERVIO
Cuando promediaba la segunda parte, el arquero Gaspar Servio sintió una fuerte contractura. Se tiró al suelo pero no quería retirarse del campo de juego sin ser amonestado. Cuando ya estaba presto a ingresar Maximiliano Scapparoni, Servio se sacó la camiseta y Luis Álvarez le dio el gusto al portero. Servio, de esta manera, llegó a la quinta amonestación y no podrá estar en Corrientes, ante Boca Unidos, partido que igual se iba a perder por su lesión. Una avivada del ex Banfield.
NO HAY REFUERZO
Como ya transcurrió más del sesenta por ciento de la competencia, el Comité Ejecutivo negó a Independiente Rivadavia la posibilidad de incorporar un futbolista debido a la lesión de Juan Pablo Pereyra, quien tendrá para seis meses de recuperación. “Prefiero seguir apostando a los chicos del club que nos está yendo bien así”, manifestó el dirigente Leo López.