Los equipos negociadores de Bruselas y Londres volverán a verse a lo largo de este mes para tratar de salir del punto muerto en el que se encuentra el acuerdo del Brexit, después de que el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, haya ofrecido a la 'premier', Theresa May, una revisión de la "redacción" de la declaración política que sienta las bases de la relación futura, pero mantiene la firme negativa de la UE a renegociar elementos "legalmente vinculantes" en el Tratado de Retirada.
Durante aproximadamente una hora y media, May y Juncker mantuvieron una discusión "firme, pero constructiva" sobre el modo de avanzar, después de que la británica haya expuesto "varias opciones" para atender las exigencias de la Cámara de los Comunes para levantar su veto al acuerdo de divorcio y de que Juncker le respondiera que no hay margen para reabrir el pacto, según un comunicado enviado por las partes.
“Backstop”
Todas las opciones que baraja Londres, en cualquier caso, pasan por cambios con peso legal en la red de seguridad ("backstop") diseñada para la frontera "blanda" en el Úlster, un mecanismo que sólo se activaría de manera temporal y como solución de último recurso si tras el Brexit las partes no logran acordar una alternativa mejor, que evite reintroducir controles físicos y aduana entre las dos irlandas.
May comenzó en la sede de la Comisión Europea una serie de contactos al máximo nivel en Bruselas para tratar de desbloquear la situación y que incluyen también reuniones con los presidentes del Parlamento europeo, Antonio Tajani, y del Consejo europeo, Donald Tusk.
"A pesar de los retos, los dos líderes acordaron que sus equipos deben mantener conversaciones para ver si pueden encontrar una vía que pueda obtener el más amplio apoyo posible en el Parlamento británico y respetar las directrices del Concejo europeo", dice la declaración conjunta que difundieron Londres y Bruselas tras la reunión.
Juncker, que insistió ante May en que la Unión Europea "no va a reabrir el Tratado de Retirada" para modificar el 'backstop' irlandés, expresó su "apertura a añadir (nueva) redacción" al texto.