Gran Bretaña inició formalmente ayer el proceso de divorcio de la Unión Europea tras 44 años de membresía, cumpliendo con la decisión tomada por los votantes británicos en un referéndum hace nueve meses.
El enviado de Gran Bretaña ante la UE, Tim Barrow, entregó en mano a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, una carta firmada por May el martes en su oficina del 10 de Downing Street, que inicia formalmente el proceso de negociación de dos años que culminará con el Brexit.
“Este es un momento histórico sin marcha atrás”, dijo la primera ministra, Theresa May, a los legisladores de la Cámara de los Comunes minutos después de acogerse oficialmente del Artículo 50 del Tratado de Lisboa. “Hoy el gobierno actúa por la voluntad democrática del pueblo británico”.
En un mensaje en Twitter, Tusk dijo: “Tras nueve meses, Gran Bretaña ha cumplido”. El funcionario acompañó la publicación con una foto de Barrow entregándole la carta delante de banderas británicas y comunitarias en Bruselas.
“No hay razón para fingir que este es un día feliz”, señaló Tusk más tarde en un discurso, en el que hizo hincapié en que la prioridad ahora es minimizar los costos para los ciudadanos europeos y los países miembros.
Para para el 52% de los votantes británicos que votaron a favor de la salida del país de la UE en la consulta del pasado junio, este es un momento de celebración.
“En mi opinión, este es el momento más importante en la historia británica moderna”, manifestó Brendan Chilton, secretario general del grupo Brexit Labour Leave. “Finalmente estamos iniciando el proceso por el que salimos de la Unión Europea, restauramos nuestro Parlamento y volvemos a ser una nación soberana”.
Para quienes hicieron campaña por permanecer en el bloque, es hora de luchar por un acuerdo de divorcio que mantenga lo que consideran beneficios clave de la membresía de la UE, incluyendo el libre comercio de bienes y servicio y el derecho a vivir y trabajar en cualquier país del bloque.
“La guerra falsa se ha terminado”, dijo Joe Carberry, co director del grupo de presión proeuropeo Open Britain, agregando que el país decidió que saldría de la UE pero “el tema de cómo saldremos y los controles y equilibrios democráticos a lo largo del proceso de negociación sigue sin resolver”.
Para Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Ejecutiva de la UE, la marcha de Gran Bretaña es “un fracaso y una tragedia”.
En la carta que activó el proceso, May dijo que tanto Gran Bretaña como la UE deben trabajar duro ahora para asegurar que hay acuerdo.
Pero a pesar del tono generalmente conciliador, hubo una sombra de amenaza en la afirmación de May de que, sin un buen acuerdo, “nuestra cooperación en la lucha contra el crimen y el terrorismo se vería debilitada”. Algunos en Europa podrían considerar que Londres amenaza con dejar de cooperar en seguridad si no le dan lo que quiere.
Los líderes europeos, por su parte, mostraron su consternación. En Berlín, la canciller Angela Merkel dijo que Alemania y otros estados de la UE “ciertamente no deseaban que llegara este día, porque perdemos un estado miembros fuerte e importante”.
Pero añadió que “la Unión Europea es un éxito histórico singular. Sigue siéndolo incluso después del retiro de Gran Bretaña. Nos aseguraremos de que así sea”.
El primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, señaló que el adiós de Londres a la UE es “increíblemente triste” y que espera “muchos altibajos en el camino”.
Tras décadas de expansión, para la UE es desestabilizador perder a uno de sus miembros más importantes, especialmente mientras lucha para contener una ola de nacionalismo y populismo y enfrenta una antipatía sin precedentes del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
El costo financiero
Como en la mayoría de divorcios, las negociaciones de salida de Gran Bretaña de la UE podría convertirse rápidamente en un asunto de dinero. Bruselas ya advirtió a Londres sobre la “elevada” factura del Brexit.
-¿Qué contiene la factura? El compromiso principal corresponde al "saldo de pagos pendientes" por parte de Gran Bretaña en el marco de los presupuestos anuales de la UE, pero todavía sin abonar.
La negociación sobre la factura incluirá también la cuestión de las jubilaciones de los funcionarios europeos.
-¿Cuánto? Aunque no se han publicado cifras oficiales, Bruselas podría reclamar a los británicos entre 55.000 y 60.000 millones de euros correspondientes a los compromisos ya asumidos por Londres.
-¿Está Londres obligado a pagar? Según una comisión de la Cámara de los Lores, Gran Bretaña podría legalmente abandonar la UE sin abonar la factura de salida, aunque eso afecte al resto de aspectos de la negociación.
-¿Qué consecuencias para el presupuesto de la UE? Gran Bretaña forma parte de los "contribuyentes netos" al presupuesto de la UE, es decir, aporta más dinero al bloque del que recibe. En concreto, aporta "de media un 14%" en los presupuestos y programas europeos, estima Barnier. Según un estudio reciente del Instituto Jacques Delors, el Brexit representaría un "impacto" para el presupuesto comunitario con un déficit "de 5.000 a 17.000 millones de euros anuales". AFP