"La Voz Argentina" despertó una legión de fanáticos que se emocionaron con las historias de sus participantes y celebraron el talento de las jóvenes promesas de la música. Braulio Assanelli, el ganador de la segunda temporada, contó por qué quiso donar su premio a Mario Vilurón, el mendocino que fue semifinalista y que tiene un hermano que padece una discapacidad.
Ambos crecieron en la zona rural. El uruguayo, en un establo; el sanrafaelino, entre viñedos. Los compañeros "bendecidos" por Ricardo Montaner han manifestado públicamente su mutuo afecto.
"La idea era darle una mano a Marito, que tiene una vida muy parecida a la mía. Los dos sabemos lo que es pasar frío y que el calor arde. Viene de una familia muy humilde, tiene 11 hermanos, uno de ellos tiene una discapacidad y necesita una silla de ruedas para una mejor calidad de vida. Él se enteró el domingo, pero yo me prometí a mí mismo que si ganaba, le regalaba el dinero", dijo en diálogo con Teleshow.
"Nosotros hemos llorado de frío. Sabemos lo que es no sentir las manos, en el medio del campo, hacer kilómetros en bicicleta en el medio del barro helado… El frío duele. Y es horrible cuando tenés dolor en el cuerpo todo el día. Con Marito lo hemos pasado: hemos llorado de frío", expresó Braulio, el favorito del público.
En la final, el uruguayo recibió un premio de 500.000 pesos. Si bien el dinero tenía como objetivo impulsar la carrera artística del campeón, Braulio sorprendió al anunciar que iba a donar a Marito, cuyo hermano, Milton, tiene parálisis cerebral y necesita una silla de ruedas.
“El problema que tiene con la silla de ruedas es que es de esas con ruedas chiquitas adelante y en estas calles que no hay asfalto no puede andar, se traban. Él siempre sueña con tener una de esas que le permiten andar solo (las eléctricas), que tiene la palanquita porque algo mueve la mano. Pero tiene que ser con ruedas más grandes adelante porque si no se podría caer”, había explicado su hermano Fabián.
Pese a la intención de Braulio, finalmente la producción de "La Voz Argentina" decidió regalarle la silla a Mario y que el uruguayo pueda utilizar su premio.
"Tengo muchas ganas de cambiar la economía de mi familia y de mi casa. Si bien nunca pasamos hambre, hay muchas cosas para arreglar y podemos mejorarlas. Me encantaría volver y vivir en mi casa todos los días, pero entiendo que hay que creer y hay que alejarse de los pagos para volver", anticipó Braulio.
